miércoles, 17 de julio de 2013

Mi columna de los jueves (1)


Jueves, 18 de julio de 2013
Uno de los propósitos que tengo en mi “bucket list” es la de escribir en una columna de un periódico. Es un sueño que tengo desde hace mucho y que por una razón u otra lo he ido postergando. A partir de los 50 creo que ya no se deben postergar los sueños para más tarde, se los debe comenzar a realizar o el tiempo no te va a alcanzar. Esta es una primera prueba. Sé que una columna el “El Comercio”  tiene aproximadamente 2900 caracteres y que si te aceptan lo tienes que hacer una vez a la semana. Soy muy optimista porque ya hasta me siento “invitada” a escribir, la verdad es que nadie me ha propuesto nada. Pero debo prepararme y como tengo el blog que tanto me gusta y que aguanta todo voy a comenzar a obligadamente escribir en él un artículo una vez a la semana, tiene que ser los días jueves. ¿Por qué el jueves?  Porque el miércoles tengo pico y placa y estoy forzada a quedarme en el trabajo hasta las 7.30 pm, y puedo aprovechar para escribir mi artículo. ¿Sobre qué escribir? Estoy segura que temas no me faltarán, la vida, el día a día es  tan lleno de anécdotas y experiencias que estoy convencida que encontraré mucho material para escribir, muchas veces pueden ser historias propias, otras las pediré prestadas y las transcribiré al papel.
Un amigo me contó que una escritora de cuentos se inspiraba en la vida diaria y cada vez que observaba algo que le llamaba la atención lo anotaba. Podía estar viendo un noticiero y si alguna noticia le parecía fuera de lo común decía “Ahí hay un cuento” y se ponía a escribir de inmediato. Ojalá yo tenga ese ojo para poder contar las historias de mi alrededor. Cada persona es una historia que hay que descubrir  muchas veces, a simple vista, diremos: “Que mustia  o que aburrida su vida”, pero si observamos mejor veremos que es una vida llena de colorido, como diría mi mami “Solo la mama  cuchara sabe lo que bate en la olla”. Me gustaría  ser la voz de los que no pueden escribir, de los que pasan desapercibidos por el mundo, de los invisibles. Suena a prepotencia eso de querer ser la voz de alguien que ni siquiera me ha pedido pero la verdad es que he vivido lo mío y a pesar de vivir, como siempre digo “en una burbuja” he aprendido a observar, a adentrarme en las personas, a ser sensible ante el sufrimiento de otros y aunque suene contradictorio también a ser insensible ante los “grandes” problemas de otras personas. Y por último, solo los lectores podrán juzgar si sirvo o no para este oficio que algunos de mis profesores han alentado escribiendo en la retro alimentación de mis deberes que debo dedicarme a escribir. A ellos les agradezco el alentarme, darme ánimos y confianza para comenzar a realizar uno de los pendientes de mi vida. (498 palabras)

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