jueves, 26 de septiembre de 2013

Tres puntos - cuento


Montse Pazmiño
00109349
El Cuento Fantástico
2013.09.27
 
Tres puntos


Cierro los ojos y pienso: tres puntos, solo tres puntos. Puntos extras, ¿podrán hacer la diferencia entre una A y una B? ¿Para que esforzarme?…  Tres puntos. Un cuento por tres puntos… ¿Vale la pena? ¿Lo intento o no lo intento?

El bus se mueve, escribo en un pedazo de papel que encuentro en mi cartera, con una letra que luego no entenderé, va al ritmo de los desniveles de la carretera, va al ritmo de los desniveles de mi vida. 30 minutos, lo que dura el camino,  eso es lo que tengo para escribir un cuento. 30 – 3, 3 - 30 números que se complementan, 3 deben ser los personajes de mi cuento.

Yo, tú, él.

Yo buscándote en las esquinas, en los rincones; yo atrás de tú. Tú esquivo, tú inalcanzable, tú encerrado, tú amurallado, tú temeroso.
Él queriendo a yo, él buscando a yo, él conquistando a yo.

El bus da una curva brusca, cambia el hilo del pensamiento de yo. 15 minutos para terminar un cuento. Yo escribe un mensaje a tú, tú no responde el mensaje a yo. Él espera a yo.

Un nuevo giro del bus. Esta vez es más fuerte, desvía de nuevo el pensamiento de yo. Yo inventa historias, historias que acaban siempre en tú. Yo inventa a tú, ve pasar luces por la ventanilla del bus e imagina a tú, recuerda a tú. Pasa de un día otro, ahora ya no es ahora, tú dice que ahora es hoy, yo dice que es ayer, recuerda, siente, anhela, yo cierra los ojos, siente un dolor, dolor que cada vez le es mas familiar, yo pide, yo suplica, yo no habla, yo escribe, tú no oye, una caricia, solo una caricia. Tú no cede. El sigue esperando. Tú duerme. 3 minutos… yo tiene 3 minutos para terminar el cuento.

El divagar de yo cambia de rumbo de nuevo, el pasajero de al lado se acerca demasiado, le aplasta, yo no entiende, se siente incómoda. El bus, una curva, un viraje violento. Yo se aturde, cierra los ojos, no quiere oír, no quiere sentir, recuerda una canción… se apaga la luz. Yo ya no es yo, yo es ella, tú solo, él solo.

Ten tu cuento dame mis tres puntos.

GARCIA MARQUEZ LA SIESTA DEL MARTES ENSAYO LIBRE


Montse Pazmiño
00109349
El Cuento Fantástico
2013.09.25

La siesta del martes
Los funerales de la Mamá Grande (1962)
Gabriel García Márquez
(Aracata, Colombia 1928—)

         “El tren salió del trepidante corredor de rocas bermejas, penetró en las plantaciones de banano, simétricas e interminables, y el aire se hizo húmedo y no se volvió a sentir la brisa del mar. Una humareda sofocante entró por la ventanilla del vagón. En el estrecho camino paralelo a la vía férrea había carretas de bueyes cargadas de racimos verdes. Al otro lado del camino, en intempestivos espacios sin sembrar, había oficinas con ventiladores eléctricos, campamentos de ladrillos rojos y residencias con sillas y mesitas blancas en las terrazas entre palmeras y rosales polvorientos. Eran las once de la mañana y todavía no había empezado el calor.”

Con este párrafo lleno de ritmo y colorido  Gabriel García Márquez nos introduce en su cuento “La siesta del martes”, calificado por él como su mejor cuento. Cuenta el autor que este cuento fue escrito de un tirón y se inspiró al ver a una madre y su hija caminando toda vestidas de un luto riguroso.
Investigando en internet me he quedado impresionada con la cantidad y variedad de comentarios, análisis, ensayos, opiniones que se encuentran sobre este cuento, se lo somete a una observación detallada, me dió la sensación que manos invisibles lo alzaban y lo metían en un scanner donde se lo revisaba en cada una de sus capas, como  rebanando un pedazo de pastel al que se trata de auscultar todos los ingredientes de que está compuesto, en lugar de saborearlo y disfrutarlo. Es aturdidor, te inhibe al momento de escribir porque piensas que todo está dicho, que no tiene sentido volver a decir lo que se ha dicho, y si a esto se suma el miedo que puede dar el hacer plagio el desconcierto es total.
Venciendo estas dificultades he decidido centrar este ensayo en el que para mí, luego de pensarlo mucho, es el tema del cuento: El luto, pero no estoy hablando de un luto en general, estoy hablando del luto de una madre por la muerte de su hijo. Estoy segura que me direccioné en ese sentido por mi condición de madre, porque cuando una escucha las vicisitudes que pasa una mujer por su hijo, de cierta manera se siente identificada y cómplice de su dolor.
Por los datos del autor me imagino a una madre viviendo en un lugar lejano del pueblo al que llega el tren, un día cualquiera sin imaginárselo (o lo presentía?) recibe  la noticia de la muerte de su hijo mayor. Esta noticia llega  con retraso cuando es  seguro que el hijo ya tiene varios días de muerto. Que dolor, que angustia puede haber sentido al saber que su hijo querido murió tan lejos de ella y en circunstancias desconocidas hasta el momento. Recibe la noticia y lo primero que hace, casi sin pensarlo,  es junto a su hija emprender el viaje para ir hasta un pueblo en medio de la nada  para visitar a su hijo. Sabemos también que es una persona de escasos recursos y que tomó la alternativa más económica para viajar, ni siquiera empacó una mudada, solo metió en una bolsa plástica algo de comer, compró unas flores, como un símbolo de su cariño, para llevar a su hijo y emprendió el viaje.
“Eran los únicos pasajeros en el escueto vagón de tercera clase.”
Viéndolo fríamente tal vez pueda parecer extraño que una madre realice este viaje tan forzado para estar unos minutos ante la tumba de su hijo, pero yo lo veo como una manera de cerrar un círculo. Son acciones que aunque parezcan simples formalidades son parte de nuestra cultura y deben ser respetadas. Cuando un ser querido muere para lograr superar ese dolor se debe  seguir un proceso, por lo general una larga enfermedad te prepara para ese momento, luego se siguen ciertos ritos que son piezas claves  para separarse del ser amado y dejarlo ir. Se debe destinar un momento para estar a solas con él, vestir el cadáver antes de encerrarlo en un ataúd por una eternidad, asistir a la velación, llorarlo, acompañarlo en su entierro, vivir el duelo, esas son ceremonias que nos dan la base para comenzar el camino hacia el consuelo.
“Ambas guardaban un luto riguroso y pobre.”
Admiro a la mujer del cuento porque aun solo sabiendo que se apellida Ayala, por el papel que ella juega en la historia puedo ver su valor y fortaleza. Una mujer como muchas otras, criando sola a sus dos hijos, sin recursos económicos pero con mucha entereza. Esas heroínas ocultas de quien nadie habla y que no pasan a la historia pero que día a día realizan acciones sobrehumanas sin saberlo, sin ser reconocidas. Mujeres que aprendieron que en la vida las lágrimas no solucionan los problemas, resignadas porque si se quejan no hay quien las oiga, que viven a la sombra, viven en una ciudad de la que no forman parte, invisibles ante el mundo, sin edad definida, pequeñas, sin forma, con la fortaleza de seguir adelante sin esperanzas porque “así es la vida que me tocó vivir”.

La veo, sentada en ese tren, emprendiendo un viaje interminable, el peor viaje que una madre pueda realizar, el viaje hacia el encuentro del hijo muerto. Acompañada de su hija de doce años, de quien, según nos dice el autor no parecía su madre porque aparentaba mucha más edad. Quieta, muy recta, sin decir palabra, con un tumulto de pensamientos y sentimientos que no logra exteriorizar, con la amargura y la incertidumbre de lo que pueda pasar. Sabe que se tendrá que enfrentar no solo al calor reverberante de ese pueblo bananero, eso será lo de menos, siempre habrá almendros que le den sombra, sino al murmullo y al juicio de los habitantes y las autoridades del lugar. Ella será señalada con el dedo, ella es la madre del ladrón, la culpable, la madre negligente que no supo educar a sus hijos y como consecuencia de su falta de carácter está ahora su hijo bajo tierra. Pero, que saben ellos de su vida, de lo que pudo pasar, porque tienen que opinar sin haber conocido a su muchacho. El era bueno, velaba por su hermana y por ella, no le importaba que hacer con tal de conseguir comida para su familia, se sentía el responsable y el hombre de la casa, era su apoyo. Como en una pantalla panorámica sabía lo que le esperaba, cruzar el pueblo a las dos de la tarde, a la hora de la siesta y llegar a la casa del cura, donde no sería bien recibida y además tendría que exponerse a su mirada inquisidora. No importaba, hace tiempo que había dejado de creer en estos hombres que se decía representantes de la iglesia. No, su iglesia era otra, la del vecino que se apoya en los momentos de necesidad, la del hijo que sale a robar por dar de comer a su hermana, aún a sabiendas que corre un gran riesgo, la de las mujeres que se quitan el pan de la boca para dar a un niño hambriento, la del prójimo que da cobijo a su hermano  sin tener recursos, ella conocía la solidaridad de los pobres que dan de lo poco que tienen, esa era su iglesia, no la del cura incapaz  de mostrar piedad ante su dolor y que además le exige una limosna para su iglesia a ella que tuvo que hacer milagros para conseguir el dinero para ese viaje.
No importaba, lo que tuviera que pasar ella llegó al pueblo con un objetivo claro, para darle un último adiós a su hijo, y lo hará con la entereza que la ha caracterizado siempre, y caminará erguida y con orgullo ante cientos de ojos curiosos porque ella no va a visitar la tumba de un ladrón ella va a llevar flores a la tumba de su hijo querido.

“Tomó a la niña de la mano y salió a la calle.”

martes, 24 de septiembre de 2013

BRECHT / RESEÑA DISTANCIAMIENTO ARTE DRAMATICO CHINO


Montse Pazmiño
00109349
Literatura y Derecho
2013.09.22
Propuesta de Brecht
Haz una reseña que me permita ver que has entendido la propuesta de Brecht. 
Lo que tenéis que aprender
es el arte de la observación.
Tú, como actor
debes primeramente dominar
el arte de la observación.
Ya que lo importante es,
no como te ves tú,
sino lo que has visto
y muestras a la gente.
A la gente le importa saber
lo que sabes tú.
A ti te observarán
para saber si has observado bien. (Brecht)

Al realizar la lectura de Brecht “Efectos de distanciamiento en el  Arte Dramático Chino”, creí , en un principio, que se trataba sobre una propuesta exclusiva del teatro chino . Al investigar un poco mas sobre Brecht descubrí que abarcaba algo mas como es el teatro épico.
Eugen Berthold Friederich Brecht, nace en Ausburg en 1898 y muere en Berlín oriental e, 1956. Es uno de los dramaturgos mas destacados e innovadores del siglo XX, cuyas obras se caracterizan por buscar siempre la reflexión en el espectador.
En el blog fido.palermo.edu, encontré la siguiente descripción que ayuda a aclarar el concepto de teatro épico. El teatro épico, llamado también teatro político, surge en el siglo XX gracias a Brecht quien quiere incentivar un teatro mas comprometido con las causas sociales de su época. En este tipo de teatro, a diferencia de las corrientes realistas y naturalista, se intensifica el uso de la ilusión, ya que es de suma importancia que el autor tome distancia de lo que sucede en escena para así llegar a un juicio crítico:
“La escena naturalista, no menos que el podio, es enteramente ilusionista. Su propia consciencia de ser teatro no puede hacerla fructífera; para poder dedicarse sin distracciones a sus fines, esto es, a imitar la realidad, tiene que reprimir dicha consciencia. El teatro épico, por el contrario, se mantiene ininterrumpidamente consciente, de manera viva y productiva, de ser teatro. Y por eso resulta capaz de tratar los elementos de lo real en el sentido de una tentativa experimental; las situaciones están al final, no al comienzo de esa tentativa. No se le acercan, por tanto, al espectador, sino que son alejadas de él. Las reconoce como situaciones reales no con suficiencia, sino con asombro” (Walter Benjamin: 1987: 20).
En el teatro épico la tensión dramática no se concentra en los sucesos que llevan hasta un desenlace, sino en cada suceso en particular. El teatro de Brecht se mantiene siempre consciente de que es teatro y no realidad, aunque sea momentánea, por lo que hay continuas interrupciones del proceso teatral para impedir la identificación del público con lo que sucede en escena. La identificación es incompatible con el espíritu crítico que quiere que el espectador asuma. Frente a la inmersión e identificación propone el efecto de distanciamiento. Para conseguir el distanciamiento propone la observación de la conducta humana, de los sucesos, de cada objeto con sorpresa y curiosidad, sin dar por sabido o conocido nada. Distanciar un suceso o personaje significa captar aquello que se daba por supuesto y tomarlo como una absoluta novedad.
Esta distancia creada por Brecht, se la conseguía incorporando recursos escénicos como anuncios o carteles, máscaras, situaciones cómicas, piezas musicales o interpretes de canciones dentro de la obra. De esta forma lograba crear en el espectador un efecto de alineación, evitando que el espectador se identificara con los personajes de la escena. Para hacerlo mas sencillo se puede decir que son alarmas que le dicen al espectador, hey ¡ esto es una obra de teatro, no te introduzcas en ella, analízala objetivamente como un espectador mas, limita tu respuesta emocional y oblígate a pensar.
Hector Levy Daniel, en un articulo sobre el teatro de Brecht nos dice que para entender la idea que él tenía sobre la función de los actores en el teatro, hay que comprender antes, aunque sea en líneas generales, su idea del teatro.
“Para Brecht el hombre tiene una imagen del mundo y de la sociedad en que le ha tocado vivir distorsionada y contradictoria, poco precisa, y por tanto no puede dominar ni manejar la realidad; se encuentra inmerso en un orden establecido que cree que no puede modificar. Esta situación, en la que los seres humanos aceptan lo dado en su orden social sin discutirlo ni tratar de cambiarlo, tiene su correspondencia en lo que él llama el “teatro aristotélico”, que muestra una realidad inmanente e intocable, no susceptible de cambios. Por ello Brecht trata de alcanzar un teatro que ofrezca una imagen del mundo y de la convivencia entre las personas que sea manejable y comprensible, y, sobre todo, que permita ser dominada y manejada por el pensamiento y la emoción. “ (Levy)
La actuación en el teatro épico necesita que los actores interpreten sus personajes de manera convincente sin, por el contrario, convencer ni a la audiencia ni a ellos mismos de que son en realidad los personajes que interpretan. Los actores a menudo interpelan directamente al público sin estar interpretando su personaje «romper la cuarta pared» e interpretan múltiples papeles.
“Un término acuñado por Brecht es el «gestus», una actitud física o un gesto que representa la condición del personaje independientemente del texto. Brecht se basó en el teatro chino: notó que el actor Mei Lan Fang interpretó una escena que requería que su personaje estuviera asustado tan sólo poniendo un mechón de su pelo en su boca, y todo el mundo en la audiencia supo que el personaje estaba asustado, aunque el actor permaneció completamente calmado durante toda la obra. Con un gestus que claramente defina la actitud del personaje, el actor se distancia de la obra y por lo tanto evita cualquier emocionalidad excesiva.” (wikipedia)
 Comentario del profesor
Montse:
Fantástica reseña. Sobrepasas lo requerido. Buen trabajo.
Diego


Bibliografía

http://teatroenlahistoria.blogspot.com/2008/10/brecht.html


(Resumen adaptado de un artículo de Héctor Levy-Daniel)



domingo, 15 de septiembre de 2013

CONTROL DEL CUERPO AFINIDAD VS COLONIA PENITENCIARIA


Montse Pazmiño
00109349
Literatura y Género
2013.09.15
Control del cuerpo desde maquinaria legal

Te pido que por favor vincules el texto de Afinidad con el de En la colonia penitenciaria para que analices cómo se exacerba el control sobre el cuerpo desde la maquinaria legal.  Es fundamental que en el trabajo la perspectiva de Foucault (respecto al modelo disciplinario panóptico) aparezca y que se junte a los dos textos literarios de modo comparatista.
Hablar sobre castigos y derechos es muy difícil porque es un tema muy controversial. “A lo largo de la historia, la concepción que las sociedades occidentales han tenido respecto del castigo ha variado mucho, pero no se han movido de un punto central: tanto para los teóricos de ley como para los encargados de aplicarla, la vida social supone un conjunto de reglas cuya desobediencia requiere un castigo (Repetto.2009)
Este proceso de tener un conjunto de reglas, es decir de poner en su lugar a todas las instituciones y sujetos, se basó en la escritura pues permite garantizar lo que se conoce como seguridad jurídica, que a su vez, posibilita que la normas, en tanto que textos permanecieran en el tiempo y en el espacio. (Travez. 2013)
Continuando con la cita de las notas del curso, añado que en la ordenación siempre está de por medio un proceso ideológico , donde aunque se desearía que sea objetivo esto no es posible porque el orden legal es político y a menudo está a cargo de instituciones privilegiadas que han moldeado un orden no siempre beneficioso para la mayoría y han intentado mantener ese orden. Este orden legal instauró un sistema legal, un conjunto de normas, instituciones , fuentes y métodos para poner en funcionamiento el aparato estatal. Este sistema no es estático, varía de acuerdo a las circunstancias y a la época, están sujetos a lo que las sociedades van proponiendo.

El cuento, La Colonia Penitenciaria, escrito por  Kafka, alrededor de 1914, es una narración que adquiere mucha importancia porque enfoca la transición entre la teoría del castigo del cuerpo a través de la tortura y la posibilidad de no torturarlo sino de adecuarlo y transformarlo. Es decir se pasa de una sociedad que goza del circo del castigo físico a otra que tiene vergüenza del espectáculo de la tortura y que no cree en el castigo corporal pero si en la suspensión de algunos derechos. En este cuento están presentes dos de los temas que son recurrentes en su obra, la filosofía y la política.  Es una protesta al sistema judicial vigente, ya que nos muestra el desequilibrio, arbitrariedad, falta de lógica, que existe en la justicia. Tanto en esta obra como en “El Proceso” los condenados son perseguidos, privados de la libertad, no tienen derecho a la defensa, no son juzgados, simplemente son culpables. En la Colonia Penitenciaria, para el oficial que asume los poderes de juez y ejecutor “la culpa es siempre indudable”. Un tema que se debe tomar en cuenta es el de la escritura, el doble sentido que le da en su obra, una escritura poderosa que puede condenar y a la vez puede salvar, ser condenado a ser escrito puede ser la muerte, mientras que poseer la escritura es un signo de poder, pero estos dos enfoques son muy sutiles y pueden llegar a alterarse como sucede en el desenlace del cuento donde el dueño de la escritura ( el oficial ) es escrito.
El cuento de Kafka, aun cuando denuncia la atrocidad de los castigos corporales, pone en evidencia que la posibilidad de que los sujetos sean culpables es algo que los excede. Antes bien, tanto en un plano teológico como en lo que respecta a la organización social, los sujetos son arrojados a un mundo impuesto, con leyes desconocidas y cuyas puertas permanecen cerradas. (Reppeto)
Foucault ha dicho que los suplicios constituían un espectáculo punitivo, en el que la participación del pueblo volvía “pedagógico” el espectáculo: la observación directa del sufrimiento del condenado era la principal herramienta persuasiva para los futuros transgresores de la ley. A través del suplicio y la representación del dolor, la ley se hace presente, visible, pública. Como en un circo romano, las ejecuciones en la Colonia Penitenciaria eran presenciadas por todos los habitantes de la isla, quienes incluso contaban con lugares preferenciales de acuerdo al escalafón social o a su poder adquisitivo. A la última ejecución, sin embargo, sólo asisten el oficial, el explorador y un soldado cuya tarea es vigilar al condenado.

Ahora bien, ¿qué implica específicamente el suplicio? Según Foucault, el suplicio es una producción diferenciada de sufrimientos, “un ritual organizado para la marcación de las víctimas y la manifestación del poder que castiga” (2000: 40). Así, el cuerpo expuesto, exhibido, es el soporte público del procedimiento: sobre el cuerpo del condenado el acto de justicia debe ser legible por todos. La lentitud del suplicio (que en el caso del cuento de Kafka dura 12 horas), los gritos y sufrimientos del condenado desempeñan el papel de prueba definitiva. “El suplicio desempeña una función jurídico-política (...) tiene por objeto reconstruir la soberanía por un instante ultrajada: la restaura manifestándola en todo su esplendor”, concluye Foucault (2000: 54). En el cuento de Kafka además el suplicio no puede estar completo si no es visible para todos, es por esto que fue diseñado en cristal.
Aquí quiero dejar una inquietud, entre las varias lecturas que tiene el cuento sobre el cuerpo se puede ver a la monstruosa máquina como el sistema que tatúa en nosotros sus códigos de tal forma que nos hace sentir fracasados si no nos adaptamos a estos códigos.
El libro “Afinidad” fue escrito por Sarah Waters en 1999 .El capítulo que nos interesa, narra la visita a la cárcel de Millbank de la protagonista con la intención de trabajar ahí como visitadora social. En su primera visita la celadora la conduce por todo el edificio y le enseña el sistema de reclusión que siguen las internas. Al contrario de lo que hemos visto en el libro de Kafka, en este sistema no se aplica la tortura física como tal. Las presas son sometidas a otro tipo de tortura. No solo son sometidas a perder varios de sus derechos que les corresponden como ciudadanas, al ser privadas de su libertad, sino que además en la cárcel se encargan de privarlas del más mínimo contacto con otras personas. Nos describen la cárcel de una manera similar a la que describe Bentham el Panóptico.

Allí, Bentham describe un edificio circular, divido en celdas que ocupan todo el ancho de la construcción en seis pisos. En el centro de este edificio se encuentra una torre, divida en “altos de modo que cada uno domina de lleno dos líneas de celdas” (Marí, 1983: 136). En esta torre se ubica un oficial cubierto por una celosía que le permite observar a los presos sin ser observado. Para Bentham, la ventaja fundamental del panóptico es que, al estar todo el tiempo a la vista de un inspector, la capacidad de hacer mal se inhibe, “y casi el pensamiento de intentarlo” (Bentham, 1989: 37).”

“- Comprenderá la lógica de este trazado - ……desde luego lo entendí al instante pues la torre se alza en el centro de los patios pentagonales y desde su altura se dominan todos los muros y las ventanas con  barrotes que componen la fachada interior del pabellón de mujeres. “(Waters, p.25)

Lugares circulares que pueden ser vigilados desde un solo punto, celdas aisladas del ruido para que las presas no puedan mantener contacto entre ellas, pasillos largos y estrechos, con paredes muy altas y pequeñas ventanas en lo alto donde casi no puede entrar la luz. Patios cubiertos de tierra donde no crece ni una mínima hierba.
“Ella me dijo entonces que las presas tiene que guardar silencio en todos los sitios de la prisión: que tienen prohibido hablar, silbar, cantar, tararear o hacer toda clase de ruido voluntario , excepto con el permiso expreso de una celadora o visitadora” (Waters. P.28)
Lugares donde no se les permite hablar y se les priva del mas mínimo confort. Tienen un horario estricto que se repite día a día , no importa si la condena es de uno o quince años, la rutina es siempre la misma. Salen una vez al día para hacer ejercicio y aun en ese momento de esparcimiento no pueden conversar entre ellas. Parecen como dice la protagonista:
“Muñecas plantadas encima de un reloj, o como cuentas ensartadas en un hilo” (Waters. P. 27)
Las celadoras que son las que tienen contacto con las presas, se sienten satisfechas del trabajo que hacen y semejan robots sin alma que manejan ese lugar.
“Me pareció que la señorita Haxby miraba con cierta satisfacción a la rueda de mujeres que avanzaba arrastrando los pies” (Waters. P.28)
“Muchas de las presa de este pabellón son las condenadas a una larga pena…son como corderos para nosotras, ¿Verdad señorita Ridley?” (Waters. P40)
Es una forma de anular a las personas, no pienses, obedece, sigue la rutina y si te sales de ella serás castigada o se te quitarán los pocos privilegios que tienes. Aquí no te reformaremos pero te convertiremos en un cordero sin voluntad. La sociedad que se cree civilizada, ya no tortura físicamente pero te anula mentalmente.
 Foucault explica que, a medida que las ciudades crecen y las relaciones sociales se tornan más complejas e inaprensibles para el poder, los mecanismos de control social se tornan más sutiles y sofisticados. La técnica disciplinaria implica una lógica que no se aplica sólo a la institución carcelaria, sino que su funcionamiento de fabricación de cuerpos dóciles se reproduce en la fábrica, el hospital, la escuela. El poder ya no es la espada del soberano que venga una ofensa haciendo morir a los sujetos, sino que es la sociedad toda la que actúa como veedora de sus propios comportamientos. (Repetto) Foucault muestra esta máquina disciplinaria no como máquina de castigo, sino como una máquina de formación, de conformación, aprendizaje y enseñanza, con una técnica de inscripción semejante a la planteada por Kafka, ya que el sujeto aprende con su cuerpo, las sentencias de la sociedad se inscriben en su frente en una parte visible y las llevara consigo a todas partes.
*Michel Foucault opina que el panóptico es la estampa arquitectónica de un poder disciplinario que, desde fines del siglo XVIII, se extenderá por toda Europa, no sólo en los edificios carcelarios, sino que su racionalidad impregnará otras instituciones sociales: escuelas, fábricas, hospitales.
En la primera parte de Vigilar y castigar, titulada “Suplicio”, Foucault explica que hacia fines del siglo XVIII y principios del XIX los suplicios desaparecen de la escena pública. Es decir: desaparece el cuerpo como blanco de la represión penal. En esta transformación, sigue, intervinieron dos procesos. Por un lado, la desaparición del espectáculo punitivo: “el rito que cerraba el delito se hace sospechoso de mantener con él turbios parentescos” (2000: 16). Ahora, es la propia condena la que se supone que marca al delincuente. El segundo proceso es un cambio en el status del dolor. El sufrimiento físico no es ya un elemento constitutivo de la pena: “el castigo ha pasado de un arte de las sensaciones insoportables a una economía de los derechos suspendidos”, explica el autor (2000: 19). La pena ya no está centrada en el suplicio como técnica de sufrimiento, sino que su objeto es la pérdida de un bien o un derecho.
El fin de la era de los suplicios, se dio por el nacimiento de la disciplina. Las disciplinas son fórmulas generales de dominación tendientes a la fabricación de cuerpos dóciles. Un cuerpo dócil es aquél “que puede ser sometido, que puede ser utilizado, que puede ser transformado y perfeccionado” (2000: 140). Respecto del castigo en la disciplina, éste forma parte de un sistema normalizador: el castigo restituye un orden que ha sido violado. Así, sigue Foucault, el poder de la disciplina es un poder soberano: “desde el punto de vista de la vida y de la muerte, el sujeto es neutro y sólo gracias al soberano tiene derecho de estar vivo o muerto” (1996: 194).
* (Esta última parte es tomada del texto de clase de Filosofía política, moral y social dictada por Germán Maldonado)
Para concluir podemos decir que el libro de Kafka es un ejemplo de castigo en forma de suplicio en su mas alto nivel, Kafka no tiene piedad con el lector al mostrarle con detalle a través del oficial como funciona la máquina infernal y la tortura a la que se ve sometido el condenado por 12 horas, haciendo hincapié que la hora seis es la cúspide del dolor. Waters por otro lado nos introduce en una cárcel que aunque no hay tortura física el anulamiento al que se les somete a las presas las convierte también en unas muertas en vida, aisladas del mundo por completo sometidas a una rutina que les limita toda iniciativa, prohibiéndoles todo contacto no solo con el mundo exterior sino entre ellas, muy similar al panóptico descrito por Bentham, solo que el lo utiliza además en otras clases como hospitales, colegios, industria. Los cuerpos son tomados como modo de castigo en el aparato legal , de una u otra forma es a través de ellos que se somete al sujeto a actuar como espera el sistema imperante.
Por último Foucault insiste en que es indispensable  la disciplina y que estos métodos repetitivos y coercitivos son necesarios para crear cuerpos dóciles que funcionen en una sociedad, porque una sociedad para funcionar debe ante todo estar sometida a un orden.

Comentario de profesor

Montse:
Tu trabajo es excelente. Vincula muy bien la lectura de Foucault con la relación coporal de los personajes narrados. Creo que entender la fase del disciplinamiento es fundamental para leer la sociedad actual :P Lo único que te tengo que recomendar es que te fijes en las comas que a veces tienen formato erróneos y que conlcuyas con un poco más de fuerza dado que tu texto es potente desde el inicio.
Muchos saludos,
Diego








Bibliografía


http://www.uaemex.mx/plin/colmena/Colmena%2051/Aguijon/Aaron.html
Aaron Betancourt
http://derecho-a-replica.blogspot.com/2009/05/el-cuerpo-de-los-condenados-una-lectura.html

Foucault, Michel (2000). Vigilar y castigar. México: Siglo Veintiuno Editores.

-Bentham, Jeremías (1989). El Panóptico. Madrid: Ediciones de la piqueta.

-Marí, Enrique Eduardo (1983). La problemática del castigo. El discurso de Jeremy Bentham y Michel Foucault. Buenos Aires: Hachette.