Montse
Pazmiño
00109349
Género
y Sociedad
2013.11.08
Trabajo
Doméstico
He aquí la regla de oro, el secreto del
orden:
Tener un sitio para cada cosa
Y tener
Cada cosa en su sitio. Así arreglé mi casa.
Impecable anaquel el de los libros:
Un apartado para las novelas,
Otro para el ensayo
Y la poesía en todo lo demás.
El drama del trabajo doméstico
como exclusivo de la mujer es una cuestión vigente a pesar de estar en el siglo
XXI. Es por eso que se ha escogido este tema para desarrollarlo en el presente
ensayo. Pero como no es un tema apartado que se lo pueda tratar
individualmente, sino es una consecuencia de otros como es la sociedad
patriarcal en la que vivimos, se lo tratará con otros puntos relacionados como
es el feminismo, el empleo fuera del hogar, el rol madre, esposa. Para poder
analizarlo se presentará en esta tarea una breve historia- evolución de la lucha que han realizado las mujeres por
la liberación no solo del trabajo doméstico si no de la esclavitud androgénica
en que ha vivido el género femenino; una reseña de las causas que producen que
aún se de este desequilibrio en la distribución de los trabajos del hogar y una
conclusión. Además es importante añadir que para realizarlo se ha tomado como
fuente a tres autores: Nuria Varela, “La Primera Ola”; Simone de Beauvoir, “La
Mujer Independiente” y Darío Muñoz, “Imaginarios de Género”, también se ha
incluido el verso de Rosario Castellanos “Economía Doméstica” para enfatizar la
importancia de este tema.
La primera ola
Varela Nuria
Como nos dice Nuria Varela en su
libro “La Primera Ola”, al siglo XVIII se le conoce como el siglo de La
Ilustración, el siglo de las luces….y de las sombras. La Ilustración y la
Revolución Francesa alumbraron el feminismo, pero también su primera derrota.
(p.24). ¿Que pensaría Olimpia de Gouges si pudiera tener una visión de la
situación actual? Ella, que ya en ese entonces tuvo conciencia y se pronunció
por la reinvidicación de la mujer, que escribió la “Declaración de los Derechos
de la Mujer y de la Ciudadana” y que su lucha la llevó a ser guillotinada en
1793, seguro que piensa que su trabajo fue inútil y no tuvo eco ya que tres
siglos mas tarde la mujer sigue luchando por ser reinvidicada, reconocida y
tener un lugar en el mundo masculino en que vive.
Aunque en ese siglo mujeres
inteligentes, adelantadas a su época ya hablaban de sus derechos y de la
situación en la que vivían por su condición de mujeres, no podemos decir que
existía un movimiento feminista puesto que no se cuestionaban el origen de la
subordinación femenina. “Tampoco se había articulado siquiera un pensamiento
destinado a recuperar los derechos arrebatados a las mujeres.” (Varela. p.24)
Una de estas mujeres, Christine
de Pizan, escribe el libro “La Ciudad de las Damas”, en el que cosa asombrosa
en su época defiende la imagen positiva del cuerpo femenino, asegurando que
otra hubiera sido la historia de las mujeres si no hubiesen sido educadas por
hombres.
“Sorprendentemente, elogia la
vida independiente y escribe:
“Huid ,damas mías, huid del
insensato amor con que os apremian. Huid de la enloquecida pasión, cuyos juego
placenteros siempre terminan en perjuicio vuestro.” (Varela. p. 25)
A Poulain de la Barre se le
atribuye la frase “la mente no tiene sexo” con la que defiende en su libro “La
educación de las damas para la conducta del espíritu en las ciencias y la
costumbre”, el derecho de las mujeres a la educación ya que la autora esta
convencida que este es el camino
que se debe seguir para combatir la desigualdad sexual.
Como hemos visto en el siglo
XVIII hubo un grupo de mujeres admirables que aunque no lograron mucho, ya
despertaron y tomaron conciencia de la desigualdad e injusticias en que vivía
la mujer, no solo en lo que se refiere a responsabilidad en el hogar, abarcaban
otra áreas que se puede resumir en el derecho a la educación, derecho al
trabajo, derechos matrimoniales y respecto a los hijos y derecho al voto.
Simone
de Beauvoir.
“No se nace mujer, se llega a
serlo”
Simone de Beauvoir, nace en 1908 y
muere en 1986 en París. Fue una escritora, profesora, feminista y filósofa
francesa. Escribió novelas, ensayos, biografías y monográficos sobre temas
políticos, sociales y filosóficos.
Como se podrá ver en los
siguientes párrafos, dos siglos después, ya en el siglo XX la francesa Simone
de Beauvoir continúa en la misma línea, que a veces parece interminable, de la
lucha por los derechos de las mujeres, en su libro “El segundo Sexo”. Este
libro es una obra clave del pensamiento, no solo feminista, sino del siglo
veinte. Una vez alcanzado el tema de las reinvidicaciones principales como es
el derecho al voto y la educación, se analiza la condición de la mujer desde
los diversos puntos de vista desde los que se la conceptualiza: sociológico,
cultural, científico, histórico. En su libro Beauvoir recorre todas las etapas
de la vida de una mujer, afirmando que desde la infancia hasta la edad adulta
se educa a la mujer en la subordinación; y cuando ya es adulta y tiene muy bien
aprendido el papel continuará trasmitiéndolo a sus hijas y sus nietas.
Beauvoir afirma que aunque la
mujer haya logrado el derecho al voto, esta batalla ganada no la lleva a la
libertad que se está buscando. Se necesita más que eso, para modificar su
situación, es indispensable que la
mujer logre una autonomía económica para no seguir encerrada en su condición de
vasalla.
Pero esta autonomía económica
puede ser un arma de doble filo e irse contra la misma mujer, al realizar una
encuesta a trabajadoras de una fábrica, muchas afirmaron que preferirían
quedarse en casa, porque las condiciones de trabajo en la fábrica eran muy
duras y además esto no las exime del trabajo doméstico.
“En este momento sin mentar ni
siquiera a las agricultoras, la mayoría de las mujeres que trabajan no se
evaden del mundo femenino tradicional; no reciben de la sociedad ni de sus
maridos la ayuda que les resultaría necesaria para convertirse concretamente en
iguales de los hombres.” (Beauvoir. p.852)
La mujer que ha logrado
insertarse en el mundo del trabajo, aun a pesar de ser bien remunerada enfrenta otros
problemas, el de seguir confinadas en la esfera femenina, (como dice Beauvoir),
los hombres usan ropa cómoda y práctica , la mujer , por el contrario, sabe que
cuando la miran no se establece diferencia entre ella y su apariencia: la
juzgan, la respetan, la desean a través de su aspecto personal. (Beauvoir.
p.855)
Aunque se ha logrado mucho en el
aspecto de la incorporación de la mujer al mundo masculino, todavía falta mucho
por hacer, no solo con la sociedad, si no con la misma mujer quien no logra
todavía asimilar el papel que debe ejercer, actúa como en un mundo dual, como
si debería ser dos personas en una sola. La mujer al enfrentar el mundo
masculino quiere vivir como un hombre por un lado y como una mujer por el otro
con lo que solo logrará multiplicar sus tareas y su cansancio.
Si abres una alacena huele a espliego
Y no confundirás los manteles de lino
Con los que se usan cotidianamente.
Y hay también la vajilla de la gran ocasión
Y la otra que se usa, se rompe, se repone
Y nunca está completa.
La ropa en su cajón correspondiente
Y los muebles guardando las distancias
Y la composición que los hace armoniosos.
Naturalmente que la superficie
(de lo que sea) está pulida y limpia.
Imaginarios de Género
Darío Muñoz
Hasta este punto se ha dado una
corta reseña de lo que han sido las acciones de la mujer para alcanzar un lugar
digno en la sociedad, desde el siglo XVIII hasta el XX han habido avances pero
no los suficientes, el camino es todavía largo y complejo. A continuación se
citará a Darío Muñoz, escritor actual, quien con su libro “Imaginarios de
Género” trata de dar una explicación del porque la mujer sigue teniendo esa
actitud de sumisión frente a la sociedad patriarcal. El basa su análisis en
observaciones realizadas en varios colegios a niños de distintas edades y
estudia su comportamiento frente al otro sexo desde una edad temprana.
“… las personas que asisten a la
escuela articulan y emplean las imágenes de género para dares sentido a si
mismas como seres sexuados, ….. las imágenes de género se emplean con
frecuencia para interpretar y clasificar de manera idealizada el comportamiento
de hombres y mujeres con base en categorías de oposición excluyente: su
referencia es estrictamente el sexo de las personas y se insertan en una
relación jerárquica que los designa a ellos como superiores y dominantes con
respeto a ellas.” (Muñoz. p.102)
Muñoz analiza el tema desde el
punto de la naturalización, ya que es esta la que asigna roles y lugares en la
sociedad de acuerdo son las características sexuales y reproductivas, asegura
que la realización personal de ellos o ellas depende del fiel cumplimiento del
rol asignado. Las mujeres deberán cumplir el rol de madres y los hombres
deberán basar su comportamiento en “atribuciones inherentes” como la
agresividad y la competencia para no poner en entredicho su masculinidad.
(p.106)
En sus observaciones a
escolares, Muñoz constató que la imagen mujer = madre aparece a temprana edad
en los juegos de las niñas como un modelo a seguir, negándose desde el inicio a
explorar en otros roles. Aparece también otro estereotipo que va ligado con el
de madre que es el de esposa, así el campo de acción femenina se ve limitado a
dos aspectos ser madre y esposa y como consecuencia caen en el campo de las
labores domésticas. Desde pequeños los niños cantan canciones como:
“Arroz con leche, me quiero
casar con una señorita de San Nicolás, que sepa cantar, que sepa bailar…..”
“Mambrú se fue a la
guerra….Mambru se fue a la guerra..no se cuando vendrá…”
que los estereotipa en el rol
que cada quien deberá asumir.
Muñoz afirma que en lo que se
refiere al trabajo doméstico se puede establecer dos categorías el de las
clases altas que pueden financiar una empleada doméstica y el de las clases
bajas que deben realizar el trabajo por sí mismas. Si bienes existe una
diferencia sobre quien realiza el trabajo, la responsabilidad no cambia de
persona. Tanto en las clases acomodadas como en las mas bajas, la mujer es la
responsable final del trabajo del hogar. Si tiene ayuda doméstica será ella la
encargada de “llevar la casa”, es decir disponer el menú, controlar que la casa
marche con correcto orden, ropa
limpia y planchada a tiempo; si hay invitados, cenas impecables; llevar a los
niños al pediatra, asistir a las reuniones de colegio, etc.
Nuestra cultura al dar juicios
de comportamiento de acuerdo a los imaginarios de género lo que ha hecho es
coartarnos y restringir las posibilidades de crecer que podemos tener. Nos ha
encasillado en un rol específico sin darnos la oportunidad de escoger que es lo
que en realidad queremos. Inclusive tratando el tema de las labores domésticas,
la actual sociedad las ve como una lucha que se debe ganar, cuando habrá muchas
mujeres que disfrutan de su trabajo y se sentirán contentas sin tener que salir
a trabajar pero la sociedad y las mismas mujeres ya les han señalado con el
dedo tachándolas de sumisas
“Los imaginarios de género son
creaciones sociales sostenidas socialmente con las que las personas dan sentido
a su condición sexual y a las que
terminan creyendo que deben supeditarse, de manera que quedan prisioneras de la
versión de si mismas de su propia invención. Esto quiere decir que, al
idealizarse, determinadas formas de hablar se convierten en cárceles, de cierta
manera “congelan” el proceso de subjetivación porque se asumen como rasgos o
atributos de una identidad supuestamente fija y, en esta medida, se vuelven
requerimientos de las personas para ser reconocidas socialmente dentro de una
cultura.” (Muñoz. p. 120)
Y es también natural
Que el polvo no se esconda en los rincones.
Pero hay algunas cosas
Que provisionalmente coloqué aquí y allá
O que eché en el lugar de los trebejos.
Algunas cosas. Por ejemplo, un llanto
Que no se lloró nunca;
Con el pasar de los años y el
avance de la civilización se creería que esto hubiera cambiado pero nos damos
cuenta que no es así, y la sociedad tiene todavía una lectura con visión
machista de la mujer. No sirve de consuelo saber que no es la única
discriminada y que existen muchos grupos que también lo son como puede ser los
homosexuales, indios, negros, etc. vivimos en una sociedad injusta que
normatiza lo que considera normal según su ideología y al resto lo condena a
vivir en la sombra. Hemos sido relegadas a ser las reinas o el ángel del hogar.
Nuestro destino es el de criar a los hijos y mantener la casa en orden, estando
siempre al amparo del hombre.
Podemos afirmar que las mujeres
hemos sido tipificadas y nos han llevado a formarnos estereotipos de mujer que
no nos han sido muy favorecedores, no hemos tenido la oportunidad de
autodefinirnos, y si lo hemos hecho esta definición ha sido siempre dada por
los hombres. Por lo que somos el resultado de lo que la cultura patriarcal ha
querido que seamos. No somos creadas ni hemos asumido nuestro rol de acuerdo a nuestra
propia realidad y visión siempre hemos sido impuestas a actuar “como”,
ama de casa, madre, esposa, amante, todos roles al servicio y para comodidad
del patriarcado. Siempre buscando que nuestro rol mantenga el orden y la
estabilidad social. Al tratar estos temas del abandono y soledad en
el que se han visto relegadas las mujeres , me siento identificada, me duele mi
condición de mujer. Pienso en mis hijas y mis hijos no quiero que ellas ni ellos vivan esto, quiero que vivan en un mundo
de respeto y coherente que estén
concientes que somos personas reales de carne y hueso , tenemos un cuerpo,
ideas, cabeza que piensa y cuerpo que disfruta, libérennos, véannos, servimos
para mucho y aunque no sirviéramos para nada es nuestro derecho el no hacer nada
si así lo queremos.
Pero no solo la mujer ha salido perjudicada, desde
el otro lado del puente el hombre también ha sido encasillado en un sitial que
debe mantener y si quiere salirse de él será tachado como afeminado. Debemos
continuar la lucha pero no desde el lado de la mujer o del hombre, debemos
enfocarnos en el ser humano, dejarlo crecer sin roles pre asignados, darle
libertad para que cada quien escoja el papel que quiere realizar sin estar
condicionado. Si un hombre quiere bailar ballet y quedarse en la casa cuidando
a sus hijos…bienvenido!
Una nostalgia de que me distraje,
Un dolor, un dolor del que se borró el
nombre,
Un juramento no cumplido,
Que se desvaneció como el perfume
De un frasco mal cerrado
Y retazos de tiempo perdido en cualquier
parte.
Esto me desazona. Siempre digo: mañana…
Y luego olvido. Y muestro a las visitas,
Orgullosa, una sala en la que resplandece
La regla de oro que me dio mi madre.
Bibliografía
- Castellano, Rosario, En la
tierra de en medio, Economía Doméstica. 1972.
- De Beauvoir Simone, El Segundo
Sexo, Madrid, ediciones Cátedra, 2005
- Muñoz Darío, “Imaginarios de
Género”, Hacerse Mujres, Hacerse hombres. Dispositivos pedagógicos de género.
Bogotá, Siglo del Hombre Editores y UniversidadCentral DIU
- Postingo, Martha. El Patriarcado y la Estructura de
la Vida Social Cotidiana. Málaga Economía doméstica (En la
tierra de en medio) 1972
-
Varela, Nuria, Feminismo para principiantes, Madrid , Ediciones B, 2005