Montse
Pazmiño
00109349
Historia
del Arte
2014/03/23
Diego
Velázquez
Cinco páginas interlineado simple. Esas son las
indicaciones que nos dió el profesor para realizar un ensayo sobre la vida y
obra de uno de los autores vistos hasta ahora en nuestro curso de Historia del
Arte II. He escogido a Velázquez, a Diego
Rodríguez de Silva y Velásquez, y espero durante el ensayo lograr
demostrar porque es uno de los pintores más representativos de su época. He tratado
de dar un orden lógico al ensayo con el fin de abarcar los puntos que creo
necesarios para entender la magnitud de la obra de Velázquez. Comenzaré con el
contexto histórico en el que vivió, características generales del barroco,
breve biografía del artista, obra del
artista enfatizando en especial en dos que son de mi gusto personal, anécdotas
de su vida personal, trascendencia y reconocimientos en el tiempo.
Diego Velázquez nace en 1599 y muere en 1660, es
decir que vivió durante la primera mitad del siglo XVII.
Contexto Histórico.
Para fines del siglo XVI España se encontraba
enfrentando varios problemas, uno de ellos es el conflicto que existía entre la
tendencia centralizadora y la tendencia
descentralizadora. Los Reyes Católicos habían construido el nuevo estado como
un conjunto de reinos unidos por tener los mismos monarcas pero que mantenían
sus propias leyes e instituciones. Así la tendencia centralizadora se oponía a
este sistema y forzaba para que todos los reinos se manejaran bajo las mismas
leyes y la descentralizadora apoyaba el mantenerse como estados independientes.
El siglo
XVII fue para España un período de grave crisis política, militar, económica y
social que terminó por convertir el Imperio Español en una potencia de segundo
rango dentro de Europa. Cuando
Felipe III, llega a reinar continúa con la política de intolerancia religiosa y
en 1609, representado por el duque de Lerma, expulsa a los moriscos de España,
por esta medida España sufre una grave crisis demográfica, la expulsión de casi
3000.000 moriscos afectó sobre todo a los reinos de Aragón y Valencia donde
habitaban en su mayoría y como consecuencia llevó a una crisis agrícola al
quedar varias zonas deshabitadas y escasear la mano de obra agrícola. A esto
debemos aumentar la alta mortalidad a consecuencia del hambre, la guerra y la
peste. Además la corrupción administrativa se generalizó.
En 1615
Gaspar de Guzmán, conde de Olivares es nombrado por Felipe III gentil hombre
XIII de Francia, que a su vez se casa con la infanta Ana de España. Olivares
concede el cargo de censor de obras artísticas a Pacheco. .
En 1621
muere Felipe III y le sucede Felipe IV, Gaspar de Guzmán, conde de Oivares es
nombrado primer ministro. El válido de
Felipe IV, el Conde-Duque de Olivares, trató de que los demás reinos
peninsulares colaboraran al mismo nivel que Castilla en el esfuerzo bélico que
agobiaba a una monarquía con graves dificultades financieras. España
participaba en esos momentos en la guerra de los Treinta Años que comenzó en 1618.
Este proyecto de Olivares, conocido como la “Unión de Armas” desencadenó la
crisis más grave del siglo XVII, la crisis de 1640 que involucró de lleno a
España en la guerra de los Treinta Años, en la que España sufrió graves
derrotas militares. En plena crisis de la monarquía, hubo levantamientos de
tinte separatista en Andalucía, Aragón y Nápoles.
En política
interior, la crisis no fue menos importante la política centralista del
conde-duque de Olivares provocó numerosas sublevaciones en Cataluña, Portugal, Andalucía,
Nápoles y Sicilia. La rebelión catalana fue sofocada el año 1652, mientras que
la sublevación portuguesa desembocó en la independencia de ese país años más
tarde.
Durante la
segunda mitad del siglo, Francia aprovechó la debilidad militar española y
ejerció una continua presión expansionista sobre los territorios europeos
regidos por Carlos II. Como consecuencia de esta presión para principios del
siglo XVIII el Imperio español en Europa estaba totalmente liquidado.
La crisis
económica afectó en un grado mayor al campesino español, las tierras
pertenecían al clero y a la nobleza quienes conservaron sus tierras mientras
los campesinos se vieron obligados a migrar a la ciudad, donde no encontraron
solución a su hambre. En la ciudad tuvieron que mendigar y muchos se vieron
obligados a convertirse en delincuentes. En la época, las clases sociales y el
estatus estaban claramente delineados por lo que era muy difícil lograr mejorar
de estatus. Los pocos que pudieron lograrlo es porque pasaron a formar parte del clero, por lo que
durante el siglo XVII casi se
duplicó el número de religiosos en España.
Aun así ,
aunque políticamente la España del siglo XVII se encuentra ya bastante alejada
de la potencia alcanzada por Carlos V y sus sueños de ser el Imperio universal
Católico y los triunfos de haber conquistado las colonias de América se habían
opacado y aunque después de Felipe II, España va perdiendo su fuerza a causa de
la mala administración de la riqueza que
llegaba de América y de las expulsiones de hebreos y moriscos, el siglo XVII
sigue siendo el Siglo de Oro de la Literatura y del Arte. España en ese siglo
es culta, fantástica, dramática. Es la España de Góngora, Cervantes, de Lope de
Vega, Ribera, Zurbarán Velázquez, Murillo y Goya
Características
generales del Barroco
El Barroco
es un movimiento artístico que comprende varias artes como la arquitectura,
literatura, pintura, música, se inició
en Italia y luego se extendió a toda Europa sobre todo a Francia, Alemania, España
y los Países Bajos, más tarde llega también a las colonias americanas. Se
inicia alrededor de 1600 dura aproximadamente un siglo. Durante este periodo la
Iglesia Católica, quien seguía manteniendo su poder, impulsaba a los artistas
para que sus obras tengan fuertes características religiosas con el fin de
influir en la cultura de los pueblos.
En lo que se
refiere a la pintura las obras tienen algunas características comunes como son:
Luz. La
fuente de luz que aparece es conocida como tenebrismo. El contraste entre lo
claro y lo obscuro, como en las sombras, le da dramatismo a las obras. Esta luz
crea un efecto en las emociones y la intensidad de la obra.
Realismo y
naturalismo. El realismo es una característica importante del arte barroco. Las
figuras dejan de ser idealizadas y se pinta al personaje tal y como es, dejando
a un lado la idea de seres endiosados. Las pinturas representan escenas de la
vida cotidiana. El naturalismo fue incluído en el arte barroco a través del uso
de detalles de la vida cotidiana. Se pinta lugares locales como tabernas y
gente común como campesinos. Las expresiones faciales demuestran el estado de
ánimo o emociones del sujeto. Es muy común que los artistas sean muchas veces
parte de la pintura aunque pasen desapercibidos como por ejemplo Velázquez en
su cuadro Las Meninas.
Líneas y
trazados. Las líneas se fueron redujendo y difuminando, ahora sirven para crear
la sensación e ilusión de extensión en el espacio contribuyendo a la sensación
de movimiento. Es característico que las líneas sigan una “S” en su composición
lo que contribuye a dar más dramatismo a la obra. Las figuras son curvas y las
capas y túnicas adquieren una nueva forma de ser trabajadas, dejando a un lado
la sobriedad.
Tiempo.
Muchos artistas trabajaron en este tema en sus cuadros, no solo que incorporan
como parte del paisaje diversos “backgrounds”
que representan las estaciones y condiciones climáticas transmitiendo la fuerza
de la naturaleza, sino que también usaron al tiempo como parte del proceso de
la vida. Un hombre mayor que simboliza el tiempo se incluyó en gran cantidad de
pinturas para ilustrar que el tiempo pasa por todos. El posicionamiento de las
personas en cada obra da la sensación de que el tiempo se mueve hacia delante y
hacia atrás.
Breve
Biografía.
Diego
Rodriguez de Silva y Velasco, nace el 6 de junio de 1599 en Sevilla. Este gran
pintor barroco, considerado uno de los máximos exponentes de la pintura
española es conocido como Diego Velázquez, al niño se lo bautiza con el
apellido del padre y de la madre , que el adopta siempre que debe firmar en
documentos , pero en las escazas firmas puestas en sus cuadros aparece únicamente
el apellido de la madre, que es además el único con el que se le nombra en los escritos
de sus contemporáneos.
Antes de continuar
con la biografía quiero incluir un dato con los acontecimientos generales que
ocurrieron entre 1602 y 1610 porque de este periodo datan algunos
acontecimientos que influirán en la vida del artista.
1602- 1610.
El
1º de junio de 1602 nace en Sevilla Juana de Miranda Pacheco, hija del pintor y
escritor Francisco Pacheco, futura esposa de Velázquez. En 1603 viaja por
primera vez Rubens a España. En 1605, año en que aparece la primera parte del
Quijote, nace Felipe Domingo, hijo de Felipe III y de Margarita de Austria, que
será Rey de España con el nombre de Felipe IV. Al año siguiente los soberanos
tienen otro hijo que será el infante Carlos; en 1608 nace una hija, la infanta María
que se casará con Fernando de Harsburgo
convirtiéndose en reina de Hungría; en 1609, el tercer hijo varón, el infante
Fernando; en 1610, fecha de la expulsión de los moriscos de España, nace otra
hija, la infanta Margarita.
Sus padres
eran ambos sevillanos pero de ascendencia portuguesa, de una familia de Oporto.
Pasa sus primeros años en Sevilla. A los 10 años ingresa en el taller del
pintor Francisco de Herrera el Viejo en el que según datos pasa unos pocos
meses. En 1610 empieza su aprendizaje con Francisco Pacheco. En 1611 el padre
de Velázquez y Francisco Pacheco suscriben un contrato bastante detallado,
según la costumbre de la época, por el que el maestro se compromete a enseñar
al muchacho el arte de la pintura por un período de “seys años”. En
1617, a los 18 años, luego de haber pasado el examen ante Pacheco y Juan de Uceda,
Velázquez es recibido en la corporación sevillana de pintores, obteniendo
licencia para ejercer su propio arte en
cualquier parte de los reinos de su majestad. En 1618 se casa con Juana, hija
de Pacheco con quien tendrá dos hijas, Francisca e Ignacia. La mayor se casará
a su vez con un aprendiz de Velázquez, Juan Bautista Martinez del Mazo. Gracias
a la influencia de su suegro y del conde Duque de Olivares; Velázquez llega a
Madrid en 1622 y pinta al poeta Góngora pero no logra retratar al Rey. Por fin
en 1623 tras un nuevo viaje a Madrid logra pintar un retrato del rey,
obteniendo el 6 de octubre de ese año el nombramiento de pintor del rey Felipe
IV. Se establece en Madrid con su familia. Luego, cuatro años más tarde habiendo
participado y ganado en un concurso en la que participaban los cuatro pintores de la corte y debían
pintar ”La expulsión de los moriscos de España”, fue ascendido a pintor de cámara o “Ugier de
cámara” que es el cargo más importante entre los pintores de la corte. Su trabajo
consistía en pintar los retratos del rey y de su familia y realizar otro tipo
de cuadros para decorar las residencias reales.
Es
importante anotar que en 1628 llega a España por segunda vez Rubens, y esta vez
tiene la oportunidad de conocer a Velázquez y su obra. Este contacto tiene gran
importancia en la vida del pintor porque
seguramente por influencia de Rubens, el rey le da autorización a para realizar un viaje a Italia que durará un
año. Visita obras y talleres de maestros de Venecia, Florencia, Ferrara,
Bolonia, Loreto, Cento, Nápoles, asimilando la técnica y cultura italianas para
luego enriquecer su obra. Visitará Italia por segunda vez en 1649 y esta vez su
estancia durará dos años, a pesar de los mensajes de Felipe IV que no demorara
tanto su viaje.
“En 1631
entró en su taller un joven ayudante de veinte años, Juan Bautista Martínez del
Mazo, nacido en Cuenca, del que nada se sabe de su primera formación como
pintor. Mazo se casó el 21 de agosto de 1633 con la hija mayor de Velázquez,
Francisca, que tenía 15 años de edad. . Mazo apareció desde entonces
estrechamente unido a Velázquez, como su ayudante más importante, pero sus
propias obras no pasarían de ser copias o adaptaciones del maestro sevillano,
destacando, según el aragonés Jusepe Martínez, por su habilidad en la pintura
de pequeñas figuras.”
A su regreso
a España continúa con su obra y recibe el nombramiento de “Alguacil de Corte”,
pide al Rey la autorización para transmitir su puesto de “Ujier de Cámara” a su
yerno Mazo para asegurar el futuro económico de Francisca. En 1646 es nombrado
“Ayuda de cámara con Oficio”, en 1647 “Veedor y Contador de Obras de la pieza Ochavada
de Palacio”, es decir de la sala octogonal del palacio regio. En 1952, contra
el parecer de los cinco miembros de la comisión nombrada a propósito, que
proponen a otro candidato, el rey lo nombra “Aposentador de Palacio”, este es
el cargo más alto al que llegó. En 1658, al cabo de muchas peripecias
burocráticas, de usar muchas influencias y gracias a la intervención del soberano
Velázquez obtiene el título de Caballero de Santiago. Muere en 1660.
Obra.
“Con esta
doctrina (del dibujo) creció mi yerno Diego Velázquez de Silva desde mozo.
Había inducido a un aprendiz, un campesino, a hacerle de modelo en diversas
actitudes y posturas, ya sollozando, ya riendo, sin tratar nunca de sustraerse
a dificultad alguna. E hizo de él muchas cabezas al carboncillo y albayalde
sobre el papel azul, además de otros muchos apuntes del natural, alcanzando de
este modo mano segura para el retrato.”
La obra de
Velázquez es muy extensa, su catálogo consta de unas 120 o 125 obras, sin tomar
en cuentas las muchas que no fueron halladas o perecieron en incendios de la época
o por el deterioro por el paso del tiempo. Era un virtuoso y ya desde temprana
edad el maestro Pacheco se dió cuenta de sus condiciones de artista por lo que acepta
tenerlo como su pupilo. Dedicado y estudioso, no desaprovechaba oportunidad,
como nos comenta su mismo tutor, para practicar, mejorar y corregir su técnica.
Gracias a su presencia en la corte tuvo la oportunidad de estudiar la colección
real de pintura que junto con la enseñanza de sus viajes a Italia influenciaron
para desarrollar su estilo obteniendo esa luminosidad tan elogiada de sus
cuadros con pinceladas rápidas y sueltas. En sus últimos años de vida es cuando
logra alcanzar un dominio extraordinario de la luz y realiza dos de sus cuadros
más emblemáticos, consideradas sus obras maestras: Las Meninas (1956) y se cree
que Las Hilanderas (1957?).
En Italia se interesó por conocer la obra de
la antigüedad y visitar a artistas locales para aprender de su técnica. Así, en
Cento visita a Guercino que pintaba sus cuadros con una iluminación muy blanca,
trataba a sus figuras religiosas como personajes corrientes y era un gran paisajista,
para algunos historiadores, la obra de Guercino fue la que más ayudó a
Velázquez a encontrar su estilo.
En Roma tuvo la oportunidad de visitar las obras de Miguel Ángel y Rafael y se
dice que pasó muchas horas dedicados a copiar sus frescos, en Villa Medici
estudió la colección de escultura clásica.
En sus obras realizadas en ese periodo, no por encargo
sino por libre decisión, se nota ya un rompimiento con su pintura anterior
aunque mantiene su “esencia” sevillana. En la “Fragua de Vulcano” ya se puede
observar la asimilación de Velázquez de la pintura italiana en los juegos de
luces y en una composición más estructurada y compleja. Su pincelada cambia de
capas de pintura opaca a una pincelada muy ligera, fluida. Los toques de luz
producen sorprendentes efectos entre las zonas iluminadas y las sombras.
A pesar de
no ser las obras más emblemáticas de Velázquez, quiero hacer mención a dos
obras que para mi merecen especial atención. La primera es “La Vieja friendo
Huevos”, realizada en 1618. Es una de sus primeras obras. Es un bodegón en el
que se incluye una vieja y un muchacho. La puedo describir como un inventario
de los bienes de cocina. El realismo del cuadro llama mi atención. Velázquez
como un representante del Barroco en este cuadro pinta exactamente lo que ve,
una escena cotidiana con personajes comunes. La vieja y el chico parecen
sacados de una fotografía y no han sido “retocados” la veracidad que refleja el
cuadro es algo que me encanta. Según los críticos la composición de este cuadro
es considerado un “prodigio de cálculo” por la rigurosa diagonal que separa las
dos figuras.
La segunda
obra que quiero hacer mención es la del retrato de Juan de Pareja, esclavo y
ayudante de Velázquez, de quien se sabe que era morisco. Según los historiadores
Pareja, ayudaba a Velázquez en tareas mecánicas, como moler los colores y
preparar los lienzos, no le estaba permitido ocuparse de cuestiones de pintura
y dibujos. Sin embargo, Pareja aprendió a pintar a escondidas de su amo. No se
sabe exactamente desde cuando trabajó para el maestro pero en 1642 ya firmó
como testigo del maestro en alguna cuestión legal. Velázquez pinta su retrato
en Italia, en 1649, durante su segundo viaje. En Roma también le otorga la
carta de libertad, con el compromiso de continuar a su servicio por cuatro años
más. ¿Por qué me refiero a ese cuadro? - Porque situándonos en la época hay dos
puntos que llaman mi atención. La primera es como Velázquez compone el cuadro
de su esclavo, no estoy refiriéndome a
la técnica, lo hace posar con la dignidad de un rey o noble de la época.
Este cuadro fue además expuesto en el panteón. Me gusta divagar y pensar en
todo los comentarios que debió suscitar el ver a un esclavo subido a la
categoría de noble gracias a la pincelada de su amo.
Anécdotas de
su vida personal.
Por lo
expuesto nos podemos dar una leve idea del genio de Velázquez, aunque yo quiero
rescatar algo de su vida personal que he podido recopilar gracias a las varias
lecturas. Según algunos críticos Velázquez era considerado un arribista, que lo
único que le preocupaba era llegar a la corte y ascender de categoría. La
pintura solo fue el instrumento que el usó para realizar este objetivo. Yo me
niego a aceptar esta posición, sin tener ninguna base científica, simple intuición
femenina y me gusta pensar en Velázquez como un artista sensible y humano.
Puedo corrobar esta teoría con pequeñas anécdotas de su vida, por ejemplo, su
suegro el maestro Pacheco le tuvo gran cariño y llegó a quererlo no como un
maestro sino como un verdadero hijo. A su vez Velázquez protegió a su yerno Mazo
durante toda su vida y lo ayudó con su carrera entre otras cosas para procurar
el bienestar de su hija. Su obra en la que, al contrario de la época, comienza
a pintar escenas cotidianas y de gente común dicen mucho no solo de su
curiosidad como artista sino de su sentido humano al querer toparse y retratar
al pueblo. El retrato de su esclavo es para mí una forma de rebelión de esa
época en donde las clases estaban tan separadas y discriminadas. Que hizo todo
para ascender en la corte, es justificable, era el modo que consiguió para
tener libertad económica y favores que a su vez le permitían tener cierta autonomía
en su arte.
Trascendencia
histórica.
No cabe duda
que Velázquez sigue siendo uno de los más grandes pintores de todas las épocas
y personajes de la actualidad siguen interesándose en su obra. Quiero citar a
dos personas, a Foucault que en su libro “Las palabras y las cosas” le dedicó
un capítulo entero a su cuadro “Las Meninas “, realizando una descripción magnífica
y un análisis muy detallado de esta obra.
“ El pintor
está ligeramente alejado del cuadro. Lanza unas miradas sobre la modelo; quizá
se trata de añadir un último toque, pero también puede ser que no haya dado aún
la primera pincelada. El brazo que sostiene el pincel esta replegado sobre la
izquierda, en dirección de la paleta; esta por un momento inmóvil entre la tela
y los colores. “
Y a Pablo Picasso
que en 1957, inclusive pintó una serie de 58 cuadros en los que reinterpretaba,
recreaba y realizaba un análisis
exhaustivo de Las Meninas. Esta serie se conserva actualmente en el museo
Picasso de Barcelona.
“Si alguien se pusiese a copiar Las Meninas,
totalmente con buena fe, al llegar a cierto punto y si el que las copiara fuera
yo, diría: ¿Y si pusiera está un poquito más a la derecha o a la izquierda? Yo
probaría de hacerlo a mi manera, olvidándome de Velázquez. La prueba me
llevaría de seguro a modificar la luz o a cambiarla, con motivo de haber
cambiado de lugar algún personaje. Así, poco a poco, iría pintando unas Meninas
que serían detestables para el copista de oficio, pero serían mis Meninas.”
“Las Meninas es un tributo a la dignificación
del arte de la pintura, pues nunca antes el pintor se había representado al
mismo nivel que el retratado en el retrato de unos monarcas. Además, el
increíble verismo de la obra en el tratamiento de la luz y del espacio mediante
la perspectiva aérea, es quizá la máxima representación del Barroco de la
confusión de arte y realidad, tan buscada en esta época. Es decir, constituye
el ejemplo más logrado de lo que debía ser la pintura: una representación de la
realidad que nos resulte tanto o más veraz que la realidad misma.”
Bibliografía
Foucault, Michel. Las palabras y
las cosas. 1968
Historia, Arte las páginas del
Arte y la cultura. Junta de Castilla y León.
P.M., Bardi, La obra pictórica
completa de Velázquez, 1969.
Prado, Fundación Amigos del Museo
del Prado. Biblioteca online.2014.
Biografías y Vidas. Velázquez,
Diego.2004.
Wikipedia. La pintura barroca. En
clase de arte.
El sitio web de la historia del
siglo 20.
González, María José. Contexto histórico
y social del barroco.2011
Ehowen español. Cuales son las 4 características
del arte barroco? Nicole Alexander.
Pischel. G. Historia Universal
del Arte. Noguer. Tomo 3. Barcelona. 1967.