Montse
Pazmiño
00109349
Literatura
y Género
2013.07.24
Trabajo Final
Yo amo a Lucy lectura política desde el género.
Al
final del camino me dirán:
— ¿Has
vivido? ¿Has amado?
Y
yo, sin decir nada,
abriré
el corazón lleno de nombres.
Pedro Casaldáliga
Hace un par de años
tuve la oportunidad de leer el cuento de Lucrecia Maldonado “Todos amamos a
Lucy.” Desde la primera vez que lo leí fue un cuento que me cautivó por la
forma que tiene la escritora de, a través de un programa famoso en la
televisión, revelarnos la realidad que viven tantas mujeres en nuestra
sociedad. En una primera lectura puede parecer un cuento cómico como el nombre
del programa que lleva su nombre, pero si uno se adentra un poco en él y
realiza “otras” lecturas se dará cuenta que la autora tienen una sutileza para
meternos en la vida y la soledad de una mujer. Esa otra lectura de género que
nos lleva a revelarnos ante la realidad que todavía seguimos viviendo las
mujeres.
“….pues hay que
señalar el choque cultural que en muchos capítulos se dan, ya que el machista
Ricky no permite que su adorada Lucy trabaje, siendo esta una mujer independiente,
lo que la lleva a tener serios problemas.” (Avilés. 2012)
I Love Lucy o Yo amo a Lucy (en su traducción al
español) fue una serie televisiva estadounidense que se emitió durante la
década de los 50, desde 1951 a 1957. Fue la serie mas vista en los Estados
Unidos durante cuatro temporadas. Siendo retransmitida en numerosos países y
ganando importantes menciones, entre ellas cinco premios Emmy. Fue el primer
programa de televisión en haber sido grabado en el estudio en película de 35
mm. La comedia llevó a la fama a su actriz principal Lucille Ball, quien
cautivó al público demostrando sus habilidades como intérprete cómica. En 2007
fue catalogado como uno de los “100 Best TV Shows of All Time” (Wikipedia)
Lucrecia Maldonado (1962) escritora quiteña,
narradora y maestra, ha escrito cuatro libros de cuentos. Además relatos suyos
han sido incluidos en numerosas antologías nacionales y extranjeras y se han
publicado en revistas especializadas. Dice la autora que desde pequeña gustó de
contarse cuentos para dormir y aunque causó olas en su familia cuando contó que
quería dedicarse a la Literatura por eso de que “de que va a vivir”, no hubo
fuerza que lo impida y se lanzó de lleno en ella. Decisión de la cual no se
arrepiente porque no solo que realiza el “oficio “que le gusta, sino que ha
logrado reconocimiento a nivel nacional e internacional.
Su primer libro de
cuentos “No es el amor quien muere,” fue reeditado al cabo de 11 años por
Editorial Eskeletra.
“Lucrecia Maldonado,
ha publicado, desde 1984, tres libros más de relatos: Mi sombra te ha de hacer
falta, en 1998; Todos los armarios, en el año 2000, y Como el silencio, en
2004. Sorprenden la intensidad que consigue imprimir la autora en el desarrollo
de sus historias y el trazo firme de los personajes; la fuerza del lenguaje
narrativo, su capacidad de aprehender el flujo de la oralidad; la amplitud,
complejidad y profundidad de su mundo narrativo; la indagación en la múltiple y
viva realidad humana y su audaz aventurarse por los terrenos de la literatura
fantástica.” (El Universo)
En el 2004, Fundación
Eskeletra, publica su libro Como el Silencio que es una serie de cuentos, “en donde aparecen los primeros,
perturbadores, cuentos que ya no hablan de la bondad y la belleza de la vida,
sino de todo lo contrario” (Fundación Tiana). Historias que abordan los
dolorosos temas de la fragilidad, el desencuentro final de las relaciones
amorosas, las sorpresas no siempre agradables que nos encontramos por el
camino. Tal vez el libro, literariamente hablando, mejor construido de esta
autora. Sobre él, la crítica y escritora Alicia Ortega anota: "En su libro
de cuentos, Como el silencio, los relatos alcanzan una alta calidad literaria
en una escritura que sostiene el ritmo, la prisa, los giros, los referentes
propios del lenguaje conversacional".
Todos amamos a Lucy
es un cuento que forma parte de este libro. El cuento es dedicado a:
“Deni
Arnaz,
Lucille
Ball,
William
Frawley y Vivian Vance,
En
su cielo de carcajadas”
El cuento, con sus
aproximadamente 2500 palabras transcurre en una sala de una casa mientras se
transmite el tan conocido programa de televisión “Yo amo a Lucy”. No se porque
me imaginé que la protagonista planchaba mientra veía el programa y su marido
sentado en un sillón leía el periódico. He releído el cuento varias veces y la protagonista
no esta planchando, debe haber sido una escena guardada en mi inconciente. El
caso es que mientras se desarrolla el programa, la protagonista entabla un
monólogo con el marido presente – ausente y va comentando la película y a la
vez comentando episodios de su vida matrimonial, cuenta que tuvieron una gran
pelea el miércoles y que llegaron a lastimarse muy fuerte.
“…lo del otro miércoles
cuando no me quisiste volver a ver nunca más y yo me sentí como el perro…”
(Maldonado. 2004. P.674)
El marido no dice una
palabra durante todo el cuento, sin embargo por el diálogo de la esposa nos
podemos hacer una idea muy clara de su forma de ser. En otra parte de su monólogo
ella reflexiona sobre la posibilidad de “abrirse” de su matrimonio, pero luego
llega a la conclusión que no puede porque “la casa y los guaguas y quien le va
a dar de comer al gato…”
Continúa comentando
los episodios cómicos de la serie y en un momento dado por algún gesto del
marido se da cuenta que el esta molesto y ella le dice:
“Ya me callo, si
quieres. Ya no molesto más, porque estás leyendo y de repente alguna idea se te
cae y te enojas más y te levantas y te vas para otra parte,….” (Maldonado.
2004. P675)
En un momento de la
serie, los protagonistas se comportan de manera muy tierna entre ellos, lo que
transmiten a nuestra televidente y la emociona, ella trata de a su vez
transmitir esta emoción a su esposo quien sigue como un ente estatua sin
reaccionar.
“….pero ve, ve, no te
hagas el que lees para no emocionarte como yo, mientras me sube un teamo a la
garganta y mi mano se tiende hacia la tuya pero de repente se detiene porque me
viene un miedo terrible de que en el recuerdo de la última pelea no me la
quieras estrechar, de que rechaces el teamo que se me anuda en el cuello
acabándome la poca voz que me queda, y entonces prefiero mirar otra vez el
corazón blanco que marca el final del programa…” (Maldonado. 2004)
Por último la
protagonista concluye que es más fácil amar a los seres irreales de la pantalla
que aunque ausentes forman parte de su vida que a su marido que es un
desconocido.
…. Y pensar que yo también amo a Lucy, a Ricky,
a Ethel y a Fred porque como todos los volátiles héroes y heroínas de
ficción….ellos se dejan amar mucho mejor que cualquiera de nosotros,
impredecibles e imponderables personajes de carne y hueso” (Maldonado. 2004.
P675)
No sé si la autora
cuando escribió el cuento pensó que iba a tener tantas lecturas, una lectura es
la que vemos a simple vista, una mujer viendo su programa de televisión
favorito al lado de su esposo que no es muy comunicativo, otra la que logro ver
sin estar ahí, la soledad y tristeza que transmite la protagonista con su monólogo,
la realidad de tantas mujeres, que logran hacer de los personajes ficticios de
la pantalla sus compañeros y amigos porque en su realidad, en su hogar, son
solo un mueble más. En tan pocas paginas la autora nos lleva a analizar un
problema de siglos de marginación de la mujer, ella nos cuenta que se siente
como un perro y que no se puede separar porque quien cuidaría de los niños y daría
de comer al gato…… por favor, ¿quien fue creada para dar de comer al gato? Me
duele el cuerpo, me duele mi condición de mujer, me siento identificada con ese
abandono, con esa soledad y el de todas las mujeres que lo sufren. Pienso en
mis hijas y no quiero que ellas vivan eso, quiero parar el mundo y decir: Hey
alto ¡aquí estamos, no podemos seguir así, somos personas reales de carne y
hueso , tenemos un cuerpo, ideas, cabeza que piensa y cuerpo que disfruta, libérennos,
véannos, servimos para mucho y aunque no sirviéramos para nada es nuestro derecho
el no hacer nada si así lo queremos.
A través de todos los
tiempos la mujer siempre ha sido relegada y considerada inferior al hombre,
considerada incluso como impura.
“el cuerpo de un hombre
es superior al de la mujer como el alma lo es al cuerpo” (San Agustín)
Con el pasar de los
años y el avance de la civilización se creería que esto hubiera cambiado pero
nos damos cuenta que no es así, y la sociedad tiene todavía una lectura con
visión machista de la mujer. No sirve de consuelo saber que no es la única
discriminada y que existen muchos grupos que también lo son como puede ser los
homosexuales, indios, negros, etc. vivimos en una sociedad injusta que normatiza
lo que considera normal según su ideología y al resto lo condena a vivir en la
sombra. Hemos sido relegadas a ser las reinas o el ángel del hogar. Nuestro
destino es el de criar a los hijos y mantener la casa en orden, estando siempre
al amparo del hombre.
Como nos dice Martha
Postigo en “El Patriarcado y la Estructura
de la Vida Social Cotidiana,” la existencia del patriarcado se remonta desde
hace siglos, entendiéndose por patriarcal aquella sociedad con una hegemonía
claramente masculina, donde es el hombre (heterosexual) quien tiene el poder y
dominio de la comunidad. Entendemos el patriarcado como un determinado sistema
de ordenación de la sociedad y no, como se ha pretendido en algunas ocasiones,
como una estructura inevitable que emana de la naturaleza o la biología de
hombres y mujeres determinando el reparto de roles dado y define el curso de
nuestras acciones. El término “patriarcado” hace referencia a la falta de
neutralidad con que se constituye la realidad social en la que vivimos, y pone
de manifiesto una carga de significado implícito que damos por sentado en el
ámbito de la realidad cotidiana. Entre este contexto donante de significado y
de valores sociales encontramos la literatura que constituye un caudal de
expresión y comunicación cuyo acceso ha permanecido vedado a las mujeres, que
no han obtenido cauces de expresión y representación en los discursos literarios
y filosóficos, empresa esta atribuida a varones. (Postigo. p.204)
Podemos afirmar que
las mujeres hemos sido tipificadas y nos han llevado a formarnos estereotipos
de mujer que no nos han sido muy favorecedores, no hemos tenido la oportunidad
de autodefinirnos, y si lo hemos hecho esta definición ha sido siempre dada por
los hombres. Por lo que somos el resultado de lo que la cultura patriarcal ha
querido que seamos. No somos creadas ni hemos asumido nuestro rol de acuerdo a
nuestra propia realidad y visión siempre
hemos sido impuestas a actuar “como”, ama de casa, madre, esposa, amante, todos
roles al servicio y para comodidad del patriarcado. Siempre buscando que nuestro rol mantenga el orden y la estabilidad
social.
Algunas cosas. Por ejemplo, un
llanto
Que no se lloró nunca;
Una nostalgia de que me
distraje,
Un dolor, un dolor del que se
borró el nombre,
Un juramento no cumplido, un
ansia
Que se desvaneció como el
perfume
De un frasco mal cerrado
Y retazos de tiempo perdido en
cualquier
Bibliografía
Postingo, Martha. El Patriarcado
y la Estructura de la Vida Social Cotidiana. Málaga
Avilés, Freddy. Series Retro:
Lucy, la mujer que cautivo la pantalla. Publicado en El Universo el 19 de junio
del 2012.
Tiana Fundacion para el arte y
la Cultura
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