Montse Pazmiño
00109349
Raza y Etnicidad
2014/04/11
Deber Nº 6
Presos de la Libertad: El testimonio de una
pareja binacional gay
La lectura de este texto era
opcional dentro de mi curso de Raza y Etnicidad, pero llamó mi atención el título y al leerlo
constaté que se trata de un enfoque diferente de racismo del que habíamos visto
hasta ahora, por lo que decidí también tomarlo en cuenta para presentar su
resumen y comentario.
El texto es contado en primera persona por dos voces:
la de Michael, un antropólogo blanco estadounidense y César, un artista y
fotógrafo mestizo ecuatoriano, pareja que comparten con nosotros su experiencia
de vida no solo como ilegales[1], sino
también como pareja homosexual primero
en Estados Unidos y su posterior viaje al Ecuador.
En 1996 se dio un paso
importante en la justicia de Estados Unidos, ya que la Corte Suprema de los
Estados Unidos dictaminó que la sección de la ley de Defensa del Matrimonio que
definía el matrimonio como aquel que se realiza exclusivamente entre un hombre
y una mujer , era inconstitucional….. Aunque este era un signo alentador y fue
causa de muchos festejos, este proyecto ya se había presentado por 17
veces al senado o la cámara de
representantes desde el año 2000 y de ninguna manera estableció la igualdad
nacional dejando a cada estado la decisión de prohibir matrimonios entre
personas del mismo sexo.[2]
Como nos relata Michael, él y César son una pareja gay binacional y
vivieron once años de su relación en los Estados Unidos, se casaron legalmente en 2009 en el Estado de
Iowa por lo que siguieron los acontecimientos con gran interés, aunque ahora lo
hacen desde Quito, ya que la decisión de la Suprema Corte llegó demasiado tarde
para ellos. Habían estado tratando de solucionar el estado migratorio de César
por muchos años, luego de ver que todos sus esfuerzos eran infructuosos y la
situación de ilegal de César, quien ya vivía 23 años en Estados Unidos, era cada vez más difícil de sobrellevar,
decidieron trasladarse al Ecuador en 2011. Las leyes en Estados Unidos son muy
fuertes para los migrantes, pero aún así favorecen a las parejas heterosexuales
en sus políticas de reunificación. En lo que se refiere a reconocer a las
parejas del mismo sexo, Estados Unidos es una de las pocas democracias
industrializadas que no las reconoce,
creando un controversial sistema de justicia determinado por cada estado, con
políticas de exclusión para homosexuales y falta de reconocimiento de familias
diversas. Es por eso que Michael y César
quieren contar su historia. “Una historia que demuestra como las definiciones
heterosexistas de la familia se confabulaban con políticas draconianas de
inmigración para crear una continúa discriminación y exclusión homofóbica de
los gays y las lesbianas”[3]
César nos narra que desde pequeño
quiso viajar a Estados Unidos, se sentía atraído por ese país, seguramente por
la información que recibía de las películas y de la televisión donde se
enseñaba que ahí todo era grandioso. Además se unieron varios otros factores
como el hecho de ser gay en una sociedad “curuchupa”, por lo que todavía no se
había atrevido a “salir del closet” [4] y el de
que su pareja, (a la que conoció en Quito) era de Estados Unidos situaciones
determinantes en esa época que lo decidieron a tomar la decisión de emigrar.
El continúa su relato
contándonos como a pesar de sus esfuerzos y mucha veces por desconocimiento,
una vez que expiró su visa de turista nunca pudo legalizar sus papeles lo que
lo obligó a mantenerse al “margen” de una sociedad que estigmatizaba a los indocumentados.
Por su lado la pareja de César,
Michael, narra su experiencia desde el otro lado, es decir, el era una persona
documentada “privilegiada” porque contaba con el pasaporte americano, pero
marginado porque era la pareja de un inmigrante indocumentado. Aunque él tenía
la libertad de entrar y salir de su país las veces que quisiera, estaba “atado”
y limitado porque no podía hacerlo con su pareja. Nos damos cuenta de la
discriminación referente a sexo que existe y que vivió en su propia experiencia cuando el narra su primer matrimonio con una
mujer guatemalteca que a pesar de los trámites pudo legalizar sus papeles, no
siendo el caso cuando en su segundo matrimonio el se casa con una persona de su
mismo sexo. Aún si los matrimonios homosexuales hubieran sido legalizados por
el gobierno federal, esto no garantizaba nada porque el sistema de migración de Estados Unidos
tiene sus propios tribunales y no esta obligado a seguir las políticas federales. Las políticas de
migración a partir del 11 de septiembre de 2001, luego del ataque a las Torres
Gemelas se recrudecieron.
El artículo es intenso y
profundo, nos lleva a muchas
reflexiones, lo podemos enfocar desde varios puntos de vista y desde distintos
tipos de discriminación y de injusticias que existen en las sociedades, aun en
las llamadas del primer mundo. Es conocido las dificultades que pasan los
migrantes indocumentados en otros países, sobre todo en España y Estados Unidos
que son los destinos mas frecuentes de los Ecuatorianos y si a esto se suma la
discriminación por preferencia sexual que existe el problema es aún mayor. La
sociedad ha cambiado y ha evolucionado, no siempre para bien, en el caso de
leyes para personas homosexuales creo
que hemos progresado aunque sea obteniendo pequeños triunfos. En el caso de
leyes migratorias, sin importar el sexo estas se han endurecido, disminuyendo
los beneficios y haciendo cada vez más difícil la vida de los migrantes en el
exterior.
Como punto aparte y personal de
reflexión quiero hacer un último comentario y es que después de la lectura hay
algo que me molesta (o que no entiendo) y es la actitud de César. Es
ecuatoriano, por lo que nos cuenta viajó al Estados Unidos atraído por su
resplandor, su condición de homosexual y porque se enamoró. Estuvo varios años
como ilegal haciendo toda clase de trabajos, pasando miedos e injusticias, al
final se decidió a regresar a su país. Aquí fue recibido con los brazos
abiertos por su familia y por lo que se entiende puede trabajar en lo que le gusta;
las leyes y la condición de los gays han cambiado mucho desde lo que el se fue,
son mas amplias aunque no perfectas y, sin embargo, en su testimonio siente
nostalgia y añora un país que no le quiso.
“Claro estaba un poco ciego; en
el fondo, si, estaba siendo discriminado; ahora me pongo a pensar, siempre hubo
discriminación que traté de no sentir…”[5]
No hay comentarios:
Publicar un comentario