La
forma de expresarse del barroco, lo que significó en su época y la
trascendencia que ha tenido hasta nuestros días, me ha impresionado
mucho. De las varias maneras de manifestarse, la que más me ha gustado
ha sido la poesía, y de los autores de la época Quevedo es uno de los
poetas más representativos. La originalidad en sus poemas no es por el
tema que trata, sino por el uso especial que hace de la lengua. En su
obra esta continuamente experimentando nuevos recursos expresivos. El
diferente uso de metáforas que puede ser original, embellecedora o
deformadora es digno de mencionarse, también lo es la manera que tiene
de crear nuevas palabras, el juego de palabras que logra sorprender al
lector. Es un poeta muy versátil ya que en su obra encontramos diferente
clase de poesía, puede ser satírica, moral, amorosa, burlesca. La
siguiente poesía que transcribo nos muestra el lado de humor / juguetón
que el poeta también tiene.
Erase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un peje espada muy barbado.
Era un reloj de sol mal encarado,
érase una alquitara pensativa,
érase un elefante boca arriba,
era Ovidio Nasón más narizado.
Erase un espolón de una galera,
érase una pirámide de Egito,
las doce Tribus de narices era.
Erase un naricísimo infinito,
muchísimo nariz, nariz tan fiera
que en la cara de Anás fuera delito.
Erase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un peje espada muy barbado.
Era un reloj de sol mal encarado,
érase una alquitara pensativa,
érase un elefante boca arriba,
era Ovidio Nasón más narizado.
Erase un espolón de una galera,
érase una pirámide de Egito,
las doce Tribus de narices era.
Erase un naricísimo infinito,
muchísimo nariz, nariz tan fiera
que en la cara de Anás fuera delito.
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