Montse Pazmiño
00109349
Historia del Arte II
2014.03.23
Resumen sobre la escultura
barroca española de Semana Santa
Semana
Santa es el marco en el que se desenvuelven las manifestaciones más
significativas de la Iglesia Católica. Siendo esta la semana mayor de la
iglesia es cuando se celebran grandes procesiones en las que se llevan en andas
a figuras de madera que representan
diferentes escenas de la vida y pasión de Jesús sobre todo. Las imágenes representando
la pasión de Cristo son el centro de estas procesiones que atraen a gran número
de católicos y de turistas. Por las calles de varias ciudades no solo de España
sino también de América salen estatuas
que permanecen todo el año guardadas en Iglesias o cofradías para su adoración
y devoción. Muchas de estas estatuas han
sido realizadas siglos atrás por grandes maestros de la imaginería como
Salzillo, Berruguete, Gregorio Fernández, Martínez Montañés entre otros.
Debemos
destacar que la escultura española sigue una evolución diferente al resto de la
escultura barroca de Europa. Hasta España no llega la influencia de Bernini, al
menos hasta la primera mitad del siglo XVII. La escultura española y la que
luego llegaría a América tiene un tinte diferente y peculiar, está caracterizado
por el realismo y ocupa una técnica distinta al de la escultura del resto de Europa.
En España se ocupara la Madera en lugar del mármol y un detalle muy importante
es que no serán piezas de un solo color, por lo general blanco total como las
producidas en mármol, sino que serán casi todas piezas en madera y policromadas. Hasta el siglo XIX esta
técnica fue menospreciada en el resto de países de Europa por creer que no seguía
el ideal clásico de la época que era realizar piezas monocromáticas y con
materiales más “nobles”.
El
realizar una pieza policromada exige no solo técnicas distintas, sino que además
es un esfuerzo en conjunto de varias personas que implican a los aprendices,
talladores, tracistas y luego el policromador o estofador que tiene que ser un verdadero
artista que deberá conocer de mezcla de colores, sombras, efectos. La policromía
da otra perspectiva a la pieza y la reviste de realismo y naturalidad. Son
figuras que adoptan el color de la piel, de los ojos y de los cabellos, muchas
veces inclusive se lleva a colocarles elementos naturales para darles mas
realismo como por ejemplo cabello humano, uñas, pieles de animales. El fin era
acentuar el realismo para que el pueblo se sienta cercano a las figuras y
llegue el mensaje que se le quería enviar por medio de estas representaciones.
Mayoritariamente
se fabricarán durante el barroco retablos y piezas procesionales con esta madera
policromada, dos géneros típicamente hispanos. Las piezas procesionales son
esculturas en casi tamaño real que representan algún aspecto significativo de
la vida de Cristo o personas allegadas a él como su madre. Por ejemplo se
tallará a Jesús llevando la cruz, a Jesús crucificado, en el huerto de los
olivos, etc. La curia o las parroquias
que encargan estas figuras están seguras que es una forma de acercar al pueblo
a la iglesia, una especie de “si el pueblo no va a la iglesia, la iglesia va al
pueblo.” Es la forma más eficaz de enseñar la doctrina Cristiana por medio de
estas figuras en movimiento a un público analfabeto que captará mejor el mensaje por medio de los
sentidos y la emoción que por medio de la razón.
“El retablo barroco es una estructura
arquitectónica fragmentada en pisos horizontales por entablamentos y en calles
verticales, por columnas de fuste liso, salomónicas o estípites, que decoran
como un gran telón escénico la mesa de altar. Pero, además, es un instrumento
pedagógico de la liturgia católica y como tal, tiene la misión de narrar a
través de imágenes y relieves los principales acontecimientos del catolicismo.
La escultura con función didáctica también
se localiza en los retablos. Siguen en
ellos los esquemas romanos del renacimiento pero bastante más complicados. A partir de los últimos años del
siglo XVII se abandona ese retablo compartimentado y
se hacen retablos
unitarios, con menos
esculturas y escenas más grandes.”[1]
Estas esculturas ya no
son realizadas por encargo de la corte. Ahora será mayoritariamente la iglesia
o clientes más pequeños como parroquias o cofradías, gremios de artesanos, que
tienen interés en realizar labor social. Por lo general las obras eran encargadas
para ser llevadas en procesión y eran de imágenes por las que todos los
miembros sentían verdadera veneración. Asi también las imágenes fueron tomando
diversas características de acuerdo al pedido del cliente. Es por eso que desde
entonces se distingue diversas esculturas de la Virgen María, tomando
nombres y señas
particulares según el lugar de su origen. Esta costumbre como muchas otras fue
adoptada en América donde podemos hallar
representaciones de la Virgen del Quinche, de Guadalupe, del Cisne, etc.
La Iglesia controla la
información que se desea enviar al pueblo y el Concilio de Trento decreta
cuales son las imágenes que se usarán y los temas de los cuales se tratará. La
iglesia será la encargada de guiar a los maestros en la forma de elaborar sus
obras. Como el único acceso que tienen los creyentes a la palabra de Dios es a través
de los sermones que se dan en el templo, se deberán buscar imágenes más
sugestivas y adaptarse a la época de teatralidad en que se vive. Las imágenes
serán casi reales, la iglesia se convertirá en un escenario, se debe convencer
al público por medio de la representación. Se incluirá la música, la luz en
penumbra, el olor del incienso, todo para contribuir al gran teatro que debe
convencer a los fieles de una vida de obediencia y piedad para luego ser
recompensados en el más allá.
Antes de terminar
quiero resaltar la obra de uno de los
artistas que gozó de mayor fama y respeto no solo por la labor realizada sino por su vida
ejemplar. Se formó en un ambiente clásico. Nace en el último cuarto del siglo
XVI y muere en 1649 a los 81 años. Francisco Pacheco, quien fue suegro y tutor
de Velázquez también enseña a Martínez
Montañez el arte de pintar en madera y dar expresión a los rostros de las
imágenes. Entre su obra deja 32 retablos, 65 sagrarios, 115 imágenes mucho de ellos se conservan y todavía son
llevados en andas como el Jesús de la Pasión y la Virgen de la Estrella. Es
considerado el más grande de los imagineros, gran escultor que vivió su vida
con verdadera fe cristiana, lo que influye para que su obra vaya más dirigida
al alma que a los sentidos. Sus figuras según los críticos son reposadas,
solemnes. Su estilo lo coloca todavía en un manierismo tardío.
Bibliografía
http://artetorreherberos.blogspot.com/2012/03/la-escultura-barroca-espanola-la.htm
[1] Tomado textualmente de la página web “Arte
Torreherberos:La Escuela Barroca Española:La imagenería Andaluza.
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