domingo, 10 de noviembre de 2013

TRABAJO DOMESTICO / GENERO Y SOCIEDAD


Montse Pazmiño
00109349
Género y Sociedad
2013.11.08

Trabajo Doméstico


He aquí la regla de oro, el secreto del orden:
Tener un sitio para cada cosa
Y tener
Cada cosa en su sitio. Así arreglé mi casa.
Impecable anaquel el de los libros:
Un apartado para las novelas,
Otro para el ensayo
Y la poesía en todo lo demás.

El drama del trabajo doméstico como exclusivo de la mujer es una cuestión vigente a pesar de estar en el siglo XXI. Es por eso que se ha escogido este tema para desarrollarlo en el presente ensayo. Pero como no es un tema apartado que se lo pueda tratar individualmente, sino es una consecuencia de otros como es la sociedad patriarcal en la que vivimos, se lo tratará con otros puntos relacionados como es el feminismo, el empleo fuera del hogar, el rol madre, esposa. Para poder analizarlo se presentará en esta tarea una breve historia- evolución de la  lucha que han realizado las mujeres por la liberación no solo del trabajo doméstico si no de la esclavitud androgénica en que ha vivido el género femenino; una reseña de las causas que producen que aún se de este desequilibrio en la distribución de los trabajos del hogar y una conclusión. Además es importante añadir que para realizarlo se ha tomado como fuente a tres autores: Nuria Varela, “La Primera Ola”; Simone de Beauvoir, “La Mujer Independiente” y Darío Muñoz, “Imaginarios de Género”, también se ha incluido el verso de Rosario Castellanos “Economía Doméstica” para enfatizar la importancia de este tema.

La primera ola
Varela Nuria
Como nos dice Nuria Varela en su libro “La Primera Ola”, al siglo XVIII se le conoce como el siglo de La Ilustración, el siglo de las luces….y de las sombras. La Ilustración y la Revolución Francesa alumbraron el feminismo, pero también su primera derrota. (p.24). ¿Que pensaría Olimpia de Gouges si pudiera tener una visión de la situación actual? Ella, que ya en ese entonces tuvo conciencia y se pronunció por la reinvidicación de la mujer, que escribió la “Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana” y que su lucha la llevó a ser guillotinada en 1793, seguro que piensa que su trabajo fue inútil y no tuvo eco ya que tres siglos mas tarde la mujer sigue luchando por ser reinvidicada, reconocida y tener un lugar en el mundo masculino en que vive.

Aunque en ese siglo mujeres inteligentes, adelantadas a su época ya hablaban de sus derechos y de la situación en la que vivían por su condición de mujeres, no podemos decir que existía un movimiento feminista puesto que no se cuestionaban el origen de la subordinación femenina. “Tampoco se había articulado siquiera un pensamiento destinado a recuperar los derechos arrebatados a las mujeres.” (Varela. p.24)
Una de estas mujeres, Christine de Pizan, escribe el libro “La Ciudad de las Damas”, en el que cosa asombrosa en su época defiende la imagen positiva del cuerpo femenino, asegurando que otra hubiera sido la historia de las mujeres si no hubiesen sido educadas por hombres.
“Sorprendentemente, elogia la vida independiente y escribe:
“Huid ,damas mías, huid del insensato amor con que os apremian. Huid de la enloquecida pasión, cuyos juego placenteros siempre terminan en perjuicio vuestro.” (Varela. p. 25)
A Poulain de la Barre se le atribuye la frase “la mente no tiene sexo” con la que defiende en su libro “La educación de las damas para la conducta del espíritu en las ciencias y la costumbre”, el derecho de las mujeres a la educación ya que la autora esta convencida que  este es el camino que se debe seguir para combatir la desigualdad sexual.
Como hemos visto en el siglo XVIII hubo un grupo de mujeres admirables que aunque no lograron mucho, ya despertaron y tomaron conciencia de la desigualdad e injusticias en que vivía la mujer, no solo en lo que se refiere a responsabilidad en el hogar, abarcaban otra áreas que se puede resumir en el derecho a la educación, derecho al trabajo, derechos matrimoniales y respecto a los hijos y derecho al voto.

Simone de Beauvoir.
“No se nace mujer, se llega a serlo”

Simone de Beauvoir, nace en 1908 y muere en 1986 en París. Fue una escritora, profesora, feminista y filósofa francesa. Escribió novelas, ensayos, biografías y monográficos sobre temas políticos, sociales y filosóficos.
Como se podrá ver en los siguientes párrafos, dos siglos después, ya en el siglo XX la francesa Simone de Beauvoir continúa en la misma línea, que a veces parece interminable, de la lucha por los derechos de las mujeres, en su libro “El segundo Sexo”. Este libro es una obra clave del pensamiento, no solo feminista, sino del siglo veinte. Una vez alcanzado el tema de las reinvidicaciones principales como es el derecho al voto y la educación, se analiza la condición de la mujer desde los diversos puntos de vista desde los que se la conceptualiza: sociológico, cultural, científico, histórico. En su libro Beauvoir recorre todas las etapas de la vida de una mujer, afirmando que desde la infancia hasta la edad adulta se educa a la mujer en la subordinación; y cuando ya es adulta y tiene muy bien aprendido el papel continuará trasmitiéndolo a sus hijas y sus nietas.
Beauvoir afirma que aunque la mujer haya logrado el derecho al voto, esta batalla ganada no la lleva a la libertad que se está buscando. Se necesita más que eso, para modificar su situación, es indispensable que  la mujer logre una autonomía económica para no seguir encerrada en su condición de vasalla.
Pero esta autonomía económica puede ser un arma de doble filo e irse contra la misma mujer, al realizar una encuesta a trabajadoras de una fábrica, muchas afirmaron que preferirían quedarse en casa, porque las condiciones de trabajo en la fábrica eran muy duras y además esto no las exime del trabajo doméstico.

“En este momento sin mentar ni siquiera a las agricultoras, la mayoría de las mujeres que trabajan no se evaden del mundo femenino tradicional; no reciben de la sociedad ni de sus maridos la ayuda que les resultaría necesaria para convertirse concretamente en iguales de los hombres.” (Beauvoir. p.852)
La mujer que ha logrado insertarse en el mundo del trabajo, aun a pesar de ser  bien remunerada enfrenta otros problemas, el de seguir confinadas en la esfera femenina, (como dice Beauvoir), los hombres usan ropa cómoda y práctica , la mujer , por el contrario, sabe que cuando la miran no se establece diferencia entre ella y su apariencia: la juzgan, la respetan, la desean a través de su aspecto personal. (Beauvoir. p.855)
Aunque se ha logrado mucho en el aspecto de la incorporación de la mujer al mundo masculino, todavía falta mucho por hacer, no solo con la sociedad, si no con la misma mujer quien no logra todavía asimilar el papel que debe ejercer, actúa como en un mundo dual, como si debería ser dos personas en una sola. La mujer al enfrentar el mundo masculino quiere vivir como un hombre por un lado y como una mujer por el otro con lo que solo logrará multiplicar sus tareas y su cansancio.

Si abres una alacena huele a espliego
Y no confundirás los manteles de lino
Con los que se usan cotidianamente.
Y hay también la vajilla de la gran ocasión
Y la otra que se usa, se rompe, se repone
Y nunca está completa.
La ropa en su cajón correspondiente
Y los muebles guardando las distancias
Y la composición que los hace armoniosos.
Naturalmente que la superficie
(de lo que sea) está pulida y limpia.

Imaginarios de Género
Darío Muñoz

Hasta este punto se ha dado una corta reseña de lo que han sido las acciones de la mujer para alcanzar un lugar digno en la sociedad, desde el siglo XVIII hasta el XX han habido avances pero no los suficientes, el camino es todavía largo y complejo. A continuación se citará a Darío Muñoz, escritor actual, quien con su libro “Imaginarios de Género” trata de dar una explicación del porque la mujer sigue teniendo esa actitud de sumisión frente a la sociedad patriarcal. El basa su análisis en observaciones realizadas en varios colegios a niños de distintas edades y estudia su comportamiento frente al otro sexo desde una edad temprana.
“… las personas que asisten a la escuela articulan y emplean las imágenes de género para dares sentido a si mismas como seres sexuados, ….. las imágenes de género se emplean con frecuencia para interpretar y clasificar de manera idealizada el comportamiento de hombres y mujeres con base en categorías de oposición excluyente: su referencia es estrictamente el sexo de las personas y se insertan en una relación jerárquica que los designa a ellos como superiores y dominantes con respeto a ellas.” (Muñoz. p.102)

Muñoz analiza el tema desde el punto de la naturalización, ya que es esta la que asigna roles y lugares en la sociedad de acuerdo son las características sexuales y reproductivas, asegura que la realización personal de ellos o ellas depende del fiel cumplimiento del rol asignado. Las mujeres deberán cumplir el rol de madres y los hombres deberán basar su comportamiento en “atribuciones inherentes” como la agresividad y la competencia para no poner en entredicho su masculinidad. (p.106)
En sus observaciones a escolares, Muñoz constató que la imagen mujer = madre aparece a temprana edad en los juegos de las niñas como un modelo a seguir, negándose desde el inicio a explorar en otros roles. Aparece también otro estereotipo que va ligado con el de madre que es el de esposa, así el campo de acción femenina se ve limitado a dos aspectos ser madre y esposa y como consecuencia caen en el campo de las labores domésticas. Desde pequeños los niños cantan canciones como:
“Arroz con leche, me quiero casar con una señorita de San Nicolás, que sepa cantar, que sepa bailar…..” 
“Mambrú se fue a la guerra….Mambru se fue a la guerra..no se cuando vendrá…”
que los estereotipa en el rol que cada quien deberá asumir.
Muñoz afirma que en lo que se refiere al trabajo doméstico se puede establecer dos categorías el de las clases altas que pueden financiar una empleada doméstica y el de las clases bajas que deben realizar el trabajo por sí mismas. Si bienes existe una diferencia sobre quien realiza el trabajo, la responsabilidad no cambia de persona. Tanto en las clases acomodadas como en las mas bajas, la mujer es la responsable final del trabajo del hogar. Si tiene ayuda doméstica será ella la encargada de “llevar la casa”, es decir disponer el menú, controlar que la casa marche con correcto  orden, ropa limpia y planchada a tiempo; si hay invitados, cenas impecables; llevar a los niños al pediatra, asistir a las reuniones de colegio, etc.
Nuestra cultura al dar juicios de comportamiento de acuerdo a los imaginarios de género lo que ha hecho es coartarnos y restringir las posibilidades de crecer que podemos tener. Nos ha encasillado en un rol específico sin darnos la oportunidad de escoger que es lo que en realidad queremos. Inclusive tratando el tema de las labores domésticas, la actual sociedad las ve como una lucha que se debe ganar, cuando habrá muchas mujeres que disfrutan de su trabajo y se sentirán contentas sin tener que salir a trabajar pero la sociedad y las mismas mujeres ya les han señalado con el dedo tachándolas de sumisas
“Los imaginarios de género son creaciones sociales sostenidas socialmente con las que las personas dan sentido a su condición sexual y  a las que terminan creyendo que deben supeditarse, de manera que quedan prisioneras de la versión de si mismas de su propia invención. Esto quiere decir que, al idealizarse, determinadas formas de hablar se convierten en cárceles, de cierta manera “congelan” el proceso de subjetivación porque se asumen como rasgos o atributos de una identidad supuestamente fija y, en esta medida, se vuelven requerimientos de las personas para ser reconocidas socialmente dentro de una cultura.” (Muñoz. p. 120)
Y es también natural
Que el polvo no se esconda en los rincones.
Pero hay algunas cosas
Que provisionalmente coloqué aquí y allá
O que eché en el lugar de los trebejos.                     
Algunas cosas. Por ejemplo, un llanto                
Que no se lloró nunca;


Con el pasar de los años y el avance de la civilización se creería que esto hubiera cambiado pero nos damos cuenta que no es así, y la sociedad tiene todavía una lectura con visión machista de la mujer. No sirve de consuelo saber que no es la única discriminada y que existen muchos grupos que también lo son como puede ser los homosexuales, indios, negros, etc. vivimos en una sociedad injusta que normatiza lo que considera normal según su ideología y al resto lo condena a vivir en la sombra. Hemos sido relegadas a ser las reinas o el ángel del hogar. Nuestro destino es el de criar a los hijos y mantener la casa en orden, estando siempre al amparo del hombre.
Podemos afirmar que las mujeres hemos sido tipificadas y nos han llevado a formarnos estereotipos de mujer que no nos han sido muy favorecedores, no hemos tenido la oportunidad de autodefinirnos, y si lo hemos hecho esta definición ha sido siempre dada por los hombres. Por lo que somos el resultado de lo que la cultura patriarcal ha querido que seamos. No somos creadas ni hemos asumido nuestro rol de acuerdo a nuestra propia realidad y visión  siempre hemos sido impuestas a actuar “como”, ama de casa, madre, esposa, amante, todos roles al servicio y para comodidad del patriarcado. Siempre buscando que  nuestro rol mantenga el orden y la estabilidad social.  Al tratar estos temas del abandono y soledad en el que se han visto relegadas las mujeres , me siento identificada, me duele mi condición de mujer. Pienso en mis hijas y  mis hijos no quiero que ellas ni ellos  vivan esto, quiero que vivan en un mundo de respeto y coherente  que estén concientes que somos personas reales de carne y hueso , tenemos un cuerpo, ideas, cabeza que piensa y cuerpo que disfruta, libérennos, véannos, servimos para mucho y aunque no sirviéramos para nada es nuestro derecho el no hacer nada si así lo queremos.  
Pero no solo la mujer ha salido perjudicada, desde el otro lado del puente el hombre también ha sido encasillado en un sitial que debe mantener y si quiere salirse de él será tachado como afeminado. Debemos continuar la lucha pero no desde el lado de la mujer o del hombre, debemos enfocarnos en el ser humano, dejarlo crecer sin roles pre asignados, darle libertad para que cada quien escoja el papel que quiere realizar sin estar condicionado. Si un hombre quiere bailar ballet y quedarse en la casa cuidando a sus hijos…bienvenido!           

Una nostalgia de que me distraje,
Un dolor, un dolor del que se borró el nombre,
Un juramento no cumplido,
Que se desvaneció como el perfume
De un frasco mal cerrado
Y retazos de tiempo perdido en cualquier parte.
Esto me desazona. Siempre digo: mañana…
Y luego olvido. Y muestro a las visitas,
Orgullosa, una sala en la que resplandece
La regla de oro que me dio mi madre.



Bibliografía
- Castellano, Rosario, En la tierra de en medio, Economía Doméstica. 1972.
- De Beauvoir Simone, El Segundo Sexo, Madrid, ediciones Cátedra, 2005
- Muñoz Darío, “Imaginarios de Género”, Hacerse Mujres, Hacerse hombres. Dispositivos pedagógicos de género. Bogotá, Siglo del Hombre Editores y UniversidadCentral DIU
Postingo, Martha. El Patriarcado y la Estructura de la Vida Social Cotidiana. Málaga  Economía doméstica (En la tierra de en medio) 1972 
- Varela, Nuria, Feminismo para principiantes, Madrid , Ediciones B, 2005   

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