lunes, 31 de marzo de 2014

Escultura barroca española de semana santa.


Montse Pazmiño
00109349
Historia del Arte II
2014.03.23

Resumen sobre la escultura barroca española de Semana Santa

Semana Santa es el marco en el que se desenvuelven las manifestaciones más significativas de la Iglesia Católica. Siendo esta la semana mayor de la iglesia es cuando se celebran grandes procesiones en las que se llevan en andas a  figuras de madera que representan diferentes escenas de la vida y pasión de Jesús sobre todo. Las imágenes representando la pasión de Cristo son el centro de estas procesiones que atraen a gran número de católicos y de turistas. Por las calles de varias ciudades no solo de España sino también de América  salen estatuas que permanecen todo el año guardadas en Iglesias o cofradías para su adoración y devoción. Muchas de estas estatuas  han sido realizadas siglos atrás por grandes maestros de la imaginería como Salzillo, Berruguete, Gregorio Fernández, Martínez Montañés entre otros.
Debemos destacar que la escultura española sigue una evolución diferente al resto de la escultura barroca de Europa. Hasta España no llega la influencia de Bernini, al menos hasta la primera mitad del siglo XVII. La escultura española y la que luego llegaría a América tiene un tinte diferente y peculiar, está caracterizado por el realismo y ocupa una técnica distinta al de la escultura del resto de Europa. En España se ocupara la Madera en lugar del mármol y un detalle muy importante es que no serán piezas de un solo color, por lo general blanco total como las producidas en mármol, sino que serán casi todas piezas en madera  y policromadas. Hasta el siglo XIX esta técnica fue menospreciada en el resto de países de Europa por creer que no seguía el ideal clásico de la época que era realizar piezas monocromáticas y con materiales más “nobles”.
El realizar una pieza policromada exige no solo técnicas distintas, sino que además es un esfuerzo en conjunto de varias personas que implican a los aprendices, talladores, tracistas y luego el policromador o estofador que tiene que ser un verdadero artista que deberá conocer de mezcla de colores, sombras, efectos. La policromía da otra perspectiva a la pieza y la reviste de realismo y naturalidad. Son figuras que adoptan el color de la piel, de los ojos y de los cabellos, muchas veces inclusive se lleva a colocarles elementos naturales para darles mas realismo como por ejemplo cabello humano, uñas, pieles de animales. El fin era acentuar el realismo para que el pueblo se sienta cercano a las figuras y llegue el mensaje que se le quería enviar por medio de estas representaciones.
Mayoritariamente se fabricarán durante el barroco retablos y piezas procesionales con esta madera policromada, dos géneros típicamente hispanos. Las piezas procesionales son esculturas en casi tamaño real que representan algún aspecto significativo de la vida de Cristo o personas allegadas a él como su madre. Por ejemplo se tallará a Jesús llevando la cruz, a Jesús crucificado, en el huerto de los olivos, etc.  La curia o las parroquias que encargan estas figuras están seguras que es una forma de acercar al pueblo a la iglesia, una especie de “si el pueblo no va a la iglesia, la iglesia va al pueblo.” Es la forma más eficaz de enseñar la doctrina Cristiana por medio de estas figuras en movimiento a un público analfabeto  que captará mejor el mensaje por medio de los sentidos y la emoción que por medio de la razón.
“El retablo barroco es una estructura arquitectónica fragmentada en pisos horizontales por entablamentos y en calles verticales, por columnas de fuste liso, salomónicas o estípites, que decoran como un gran telón escénico la mesa de altar. Pero, además, es un instrumento pedagógico de la liturgia católica y como tal, tiene la misión de narrar a través de imágenes y relieves los principales acontecimientos del catolicismo. La escultura con función didáctica también se  localiza en  los  retablos. Siguen en ellos los esquemas romanos del renacimiento pero bastante más complicados. A partir de los últimos años del siglo XVII se abandona  ese  retablo  compartimentado  y  se  hacen  retablos unitarios,  con  menos esculturas y escenas más grandes.”[1]
Estas esculturas ya no son realizadas por encargo de la corte. Ahora será mayoritariamente la iglesia o clientes más pequeños como parroquias o cofradías, gremios de artesanos, que tienen interés en realizar labor social. Por lo general las obras eran encargadas para ser llevadas en procesión y eran de imágenes por las que todos los miembros sentían verdadera veneración. Asi también las imágenes fueron tomando diversas características de acuerdo al pedido del cliente. Es por eso que desde entonces se distingue diversas esculturas de la Virgen María, tomando
nombres y señas particulares según el lugar de su origen. Esta costumbre como muchas otras fue adoptada en  América donde podemos hallar representaciones de la Virgen del Quinche, de Guadalupe, del Cisne, etc.

La Iglesia controla la información que se desea enviar al pueblo y el Concilio de Trento decreta cuales son las imágenes que se usarán y los temas de los cuales se tratará. La iglesia será la encargada de guiar a los maestros en la forma de elaborar sus obras. Como el único acceso que tienen los creyentes a la palabra de Dios es a través de los sermones que se dan en el templo, se deberán buscar imágenes más sugestivas y adaptarse a la época de teatralidad en que se vive. Las imágenes serán casi reales, la iglesia se convertirá en un escenario, se debe convencer al público por medio de la representación. Se incluirá la música, la luz en penumbra, el olor del incienso, todo para contribuir al gran teatro que debe convencer a los fieles de una vida de obediencia y piedad para luego ser recompensados en el más allá.
Antes de terminar quiero resaltar  la obra de uno de los artistas que gozó de mayor fama y respeto no solo  por la labor realizada sino por su vida ejemplar. Se formó en un ambiente clásico. Nace en el último cuarto del siglo XVI y muere en 1649 a los 81 años. Francisco Pacheco, quien fue suegro y tutor de Velázquez también enseña a Martínez  Montañez el arte de pintar en madera y dar expresión a los rostros de las imágenes. Entre su obra deja 32 retablos, 65 sagrarios, 115 imágenes  mucho de ellos se conservan y todavía son llevados en andas como el Jesús de la Pasión y la Virgen de la Estrella. Es considerado el más grande de los imagineros, gran escultor que vivió su vida con verdadera fe cristiana, lo que influye para que su obra vaya más dirigida al alma que a los sentidos. Sus figuras según los críticos son reposadas, solemnes. Su estilo lo coloca todavía en un manierismo tardío.


Bibliografía
http://artetorreherberos.blogspot.com/2012/03/la-escultura-barroca-espanola-la.htm



[1] Tomado textualmente de la página web “Arte Torreherberos:La Escuela Barroca Española:La imagenería Andaluza.

lunes, 24 de marzo de 2014

DIEGO VELAZQUEZ. HISTORIA DEL ARTE II


Montse Pazmiño
00109349
Historia del Arte
2014/03/23
Diego Velázquez

                                              [1] 

Cinco páginas interlineado simple. Esas son las indicaciones que nos dió el profesor para realizar un ensayo sobre la vida y obra de uno de los autores vistos hasta ahora en nuestro curso de Historia del Arte II. He escogido a Velázquez, a Diego  Rodríguez de Silva y Velásquez, y espero durante el ensayo lograr demostrar porque es uno de los pintores más representativos de su época. He tratado de dar un orden lógico al ensayo con el fin de abarcar los puntos que creo necesarios para entender la magnitud de la obra de Velázquez. Comenzaré con el contexto histórico en el que vivió, características generales del barroco, breve biografía del artista,  obra del artista enfatizando en especial en dos que son de mi gusto personal, anécdotas de su vida personal, trascendencia y reconocimientos en el tiempo.
Diego Velázquez nace en 1599 y muere en 1660, es decir que vivió durante la primera mitad del siglo XVII.
Contexto Histórico.
Para fines del siglo XVI España se encontraba enfrentando varios problemas, uno de ellos es el conflicto que existía entre la tendencia  centralizadora y la tendencia descentralizadora. Los Reyes Católicos habían construido el nuevo estado como un conjunto de reinos unidos por tener los mismos monarcas pero que mantenían sus propias leyes e instituciones. Así la tendencia centralizadora se oponía a este sistema y forzaba para que todos los reinos se manejaran bajo las mismas leyes y la descentralizadora apoyaba el mantenerse como estados independientes.
El siglo XVII fue para España un período de grave crisis política, militar, económica y social que terminó por convertir el Imperio Español en una potencia de segundo rango dentro de Europa. Cuando Felipe III, llega a reinar continúa con la política de intolerancia religiosa y en 1609, representado por el duque de Lerma, expulsa a los moriscos de España, por esta medida España sufre una grave crisis demográfica, la expulsión de casi 3000.000 moriscos afectó sobre todo a los reinos de Aragón y Valencia donde habitaban en su mayoría y como consecuencia llevó a una crisis agrícola al quedar varias zonas deshabitadas y escasear la mano de obra agrícola. A esto debemos aumentar la alta mortalidad a consecuencia del hambre, la guerra y la peste. Además la corrupción administrativa se generalizó.
En 1615 Gaspar de Guzmán, conde de Olivares es nombrado por Felipe III gentil hombre XIII de Francia, que a su vez se casa con la infanta Ana de España. Olivares concede el cargo de censor de obras artísticas a Pacheco. [2].
En 1621 muere Felipe III y le sucede Felipe IV, Gaspar de Guzmán, conde de Oivares es nombrado primer ministro. El válido[3] de Felipe IV, el Conde-Duque de Olivares, trató de que los demás reinos peninsulares colaboraran al mismo nivel que Castilla en el esfuerzo bélico que agobiaba a una monarquía con graves dificultades financieras. España participaba en esos momentos en la guerra de los Treinta Años que comenzó en 1618. Este proyecto de Olivares, conocido como la “Unión de Armas” desencadenó la crisis más grave del siglo XVII, la crisis de 1640 que involucró de lleno a España en la guerra de los Treinta Años, en la que España sufrió graves derrotas militares. En plena crisis de la monarquía, hubo levantamientos de tinte separatista en Andalucía, Aragón y Nápoles.
En política interior, la crisis no fue menos importante la política centralista del conde-duque de Olivares provocó numerosas sublevaciones en Cataluña, Portugal, Andalucía, Nápoles y Sicilia. La rebelión catalana fue sofocada el año 1652, mientras que la sublevación portuguesa desembocó en la independencia de ese país años más tarde.
Durante la segunda mitad del siglo, Francia aprovechó la debilidad militar española y ejerció una continua presión expansionista sobre los territorios europeos regidos por Carlos II. Como consecuencia de esta presión para principios del siglo XVIII el Imperio español en Europa estaba totalmente liquidado.[4]
La crisis económica afectó en un grado mayor al campesino español, las tierras pertenecían al clero y a la nobleza quienes conservaron sus tierras mientras los campesinos se vieron obligados a migrar a la ciudad, donde no encontraron solución a su hambre. En la ciudad tuvieron que mendigar y muchos se vieron obligados a convertirse en delincuentes. En la época, las clases sociales y el estatus estaban claramente delineados por lo que era muy difícil lograr mejorar de estatus. Los pocos que pudieron lograrlo es porque  pasaron a formar parte del clero, por lo que durante el siglo XVII casi se duplicó el número de religiosos en España.[5]
 Aun así , aunque políticamente la España del siglo XVII se encuentra ya bastante alejada de la potencia alcanzada por Carlos V y sus sueños de ser el Imperio universal Católico y los triunfos de haber conquistado las colonias de América se habían opacado y aunque después de Felipe II, España va perdiendo su fuerza a causa de la mala administración  de la riqueza que llegaba de América y de las expulsiones de hebreos y moriscos, el siglo XVII sigue siendo el Siglo de Oro de la Literatura y del Arte. España en ese siglo es culta, fantástica, dramática. Es la España de Góngora, Cervantes, de Lope de Vega, Ribera, Zurbarán Velázquez, Murillo y Goya [6]
Características generales del Barroco[7]
El Barroco es un movimiento artístico que comprende varias artes como la arquitectura, literatura, pintura, música,  se inició en Italia y luego se extendió a toda Europa sobre todo a Francia, Alemania, España y los Países Bajos, más tarde llega también a las colonias americanas. Se inicia alrededor de 1600 dura aproximadamente un siglo. Durante este periodo la Iglesia Católica, quien seguía manteniendo su poder, impulsaba a los artistas para que sus obras tengan fuertes características religiosas con el fin de influir en la cultura de los pueblos.
En lo que se refiere a la pintura las obras tienen algunas características comunes como son:
Luz. La fuente de luz que aparece es conocida como tenebrismo. El contraste entre lo claro y lo obscuro, como en las sombras, le da dramatismo a las obras. Esta luz crea un efecto en las emociones y la intensidad de la obra.
Realismo y naturalismo. El realismo es una característica importante del arte barroco. Las figuras dejan de ser idealizadas y se pinta al personaje tal y como es, dejando a un lado la idea de seres endiosados. Las pinturas representan escenas de la vida cotidiana. El naturalismo fue incluído en el arte barroco a través del uso de detalles de la vida cotidiana. Se pinta lugares locales como tabernas y gente común como campesinos. Las expresiones faciales demuestran el estado de ánimo o emociones del sujeto. Es muy común que los artistas sean muchas veces parte de la pintura aunque pasen desapercibidos como por ejemplo Velázquez en su cuadro Las Meninas.
Líneas y trazados. Las líneas se fueron redujendo y difuminando, ahora sirven para crear la sensación e ilusión de extensión en el espacio contribuyendo a la sensación de movimiento. Es característico que las líneas sigan una “S” en su composición lo que contribuye a dar más dramatismo a la obra. Las figuras son curvas y las capas y túnicas adquieren una nueva forma de ser trabajadas, dejando a un lado la sobriedad.
Tiempo. Muchos artistas trabajaron en este tema en sus cuadros, no solo que incorporan como parte del paisaje diversos “backgrounds” que representan las estaciones y condiciones climáticas transmitiendo la fuerza de la naturaleza, sino que también usaron al tiempo como parte del proceso de la vida. Un hombre mayor que simboliza el tiempo se incluyó en gran cantidad de pinturas para ilustrar que el tiempo pasa por todos. El posicionamiento de las personas en cada obra da la sensación de que el tiempo se mueve hacia delante y hacia atrás.
Breve Biografía.
Diego Rodriguez de Silva y Velasco, nace el 6 de junio de 1599 en Sevilla. Este gran pintor barroco, considerado uno de los máximos exponentes de la pintura española es conocido como Diego Velázquez, al niño se lo bautiza con el apellido del padre y de la madre , que el adopta siempre que debe firmar en documentos , pero en las escazas firmas puestas en sus cuadros aparece únicamente el apellido de la madre, que es además el único con el que se le nombra en los escritos de sus contemporáneos.
Antes de continuar con la biografía quiero incluir un dato con los acontecimientos generales que ocurrieron entre 1602 y 1610 porque de este periodo datan algunos acontecimientos que influirán en la vida del artista.
1602- 1610.
El 1º de junio de 1602 nace en Sevilla Juana de Miranda Pacheco, hija del pintor y escritor Francisco Pacheco, futura esposa de Velázquez. En 1603 viaja por primera vez Rubens a España. En 1605, año en que aparece la primera parte del Quijote, nace Felipe Domingo, hijo de Felipe III y de Margarita de Austria, que será Rey de España con el nombre de Felipe IV. Al año siguiente los soberanos tienen otro hijo que será el infante Carlos; en 1608 nace una hija, la infanta María que se casará  con Fernando de Harsburgo convirtiéndose en reina de Hungría; en 1609, el tercer hijo varón, el infante Fernando; en 1610, fecha de la expulsión de los moriscos de España, nace otra hija, la infanta Margarita.[8]
Sus padres eran ambos sevillanos pero de ascendencia portuguesa, de una familia de Oporto. Pasa sus primeros años en Sevilla. A los 10 años ingresa en el taller del pintor Francisco de Herrera el Viejo en el que según datos pasa unos pocos meses. En 1610 empieza su aprendizaje con Francisco Pacheco. En 1611 el padre de Velázquez y Francisco Pacheco suscriben un contrato bastante detallado, según la costumbre de la época, por el que el maestro se compromete a enseñar al muchacho el arte de la pintura por un período de “seys años”. [9] En 1617, a los 18 años, luego de haber pasado el examen ante Pacheco y Juan de Uceda, Velázquez es recibido en la corporación sevillana de pintores, obteniendo licencia para ejercer su propio arte  en cualquier parte de los reinos de su majestad. En 1618 se casa con Juana, hija de Pacheco con quien tendrá dos hijas, Francisca e Ignacia. La mayor se casará a su vez con un aprendiz de Velázquez, Juan Bautista Martinez del Mazo. Gracias a la influencia de su suegro y del conde Duque de Olivares; Velázquez llega a Madrid en 1622 y pinta al poeta Góngora pero no logra retratar al Rey. Por fin en 1623 tras un nuevo viaje a Madrid logra pintar un retrato del rey, obteniendo el 6 de octubre de ese año el nombramiento de pintor del rey Felipe IV. Se establece en Madrid con su familia. Luego, cuatro años más tarde habiendo participado y ganado en un concurso en la que participaban  los cuatro pintores de la corte y debían pintar ”La expulsión de los moriscos de España”,  fue ascendido a pintor de cámara o “Ugier de cámara” que es el cargo más importante entre los pintores de la corte. Su trabajo consistía en pintar los retratos del rey y de su familia y realizar otro tipo de cuadros para decorar las residencias reales.
Es importante anotar que en 1628 llega a España por segunda vez Rubens, y esta vez tiene la oportunidad de conocer a Velázquez y su obra. Este contacto tiene gran importancia en la vida del pintor porque  seguramente por influencia de Rubens, el rey le da autorización a  para realizar un viaje a Italia que durará un año. Visita obras y talleres de maestros de Venecia, Florencia, Ferrara, Bolonia, Loreto, Cento, Nápoles, asimilando la técnica y cultura italianas para luego enriquecer su obra. Visitará Italia por segunda vez en 1649 y esta vez su estancia durará dos años, a pesar de los mensajes de Felipe IV que no demorara tanto su viaje. [10]
“En 1631 entró en su taller un joven ayudante de veinte años, Juan Bautista Martínez del Mazo, nacido en Cuenca, del que nada se sabe de su primera formación como pintor. Mazo se casó el 21 de agosto de 1633 con la hija mayor de Velázquez, Francisca, que tenía 15 años de edad. . Mazo apareció desde entonces estrechamente unido a Velázquez, como su ayudante más importante, pero sus propias obras no pasarían de ser copias o adaptaciones del maestro sevillano, destacando, según el aragonés Jusepe Martínez, por su habilidad en la pintura de pequeñas figuras.”[11]
A su regreso a España continúa con su obra y recibe el nombramiento de “Alguacil de Corte”, pide al Rey la autorización para transmitir su puesto de “Ujier de Cámara” a su yerno Mazo para asegurar el futuro económico de Francisca. En 1646 es nombrado “Ayuda de cámara con Oficio”, en 1647 “Veedor y Contador de Obras de la pieza Ochavada de Palacio”, es decir de la sala octogonal del palacio regio. En 1952, contra el parecer de los cinco miembros de la comisión nombrada a propósito, que proponen a otro candidato, el rey lo nombra “Aposentador de Palacio”, este es el cargo más alto al que llegó. En 1658, al cabo de muchas peripecias burocráticas, de usar muchas influencias y gracias a la intervención del soberano Velázquez obtiene el título de Caballero de Santiago. Muere en 1660.


Obra.
“Con esta doctrina (del dibujo) creció mi yerno Diego Velázquez de Silva desde mozo. Había inducido a un aprendiz, un campesino, a hacerle de modelo en diversas actitudes y posturas, ya sollozando, ya riendo, sin tratar nunca de sustraerse a dificultad alguna. E hizo de él muchas cabezas al carboncillo y albayalde sobre el papel azul, además de otros muchos apuntes del natural, alcanzando de este modo mano segura para el retrato.” [12]
La obra de Velázquez es muy extensa, su catálogo consta de unas 120 o 125 obras, sin tomar en cuentas las muchas que no fueron halladas o perecieron en incendios de la época o por el deterioro por el paso del tiempo. Era un virtuoso y ya desde temprana edad el maestro Pacheco se dió cuenta de sus condiciones de artista por lo que acepta tenerlo como su pupilo. Dedicado y estudioso, no desaprovechaba oportunidad, como nos comenta su mismo tutor, para practicar, mejorar y corregir su técnica. Gracias a su presencia en la corte tuvo la oportunidad de estudiar la colección real de pintura que junto con la enseñanza de sus viajes a Italia influenciaron para desarrollar su estilo obteniendo esa luminosidad tan elogiada de sus cuadros con pinceladas rápidas y sueltas. En sus últimos años de vida es cuando logra alcanzar un dominio extraordinario de la luz y realiza dos de sus cuadros más emblemáticos, consideradas sus obras maestras: Las Meninas (1956) y se cree que Las Hilanderas (1957?).
 En Italia se interesó por conocer la obra de la antigüedad y visitar a artistas locales para aprender de su técnica. Así, en Cento visita a Guercino que pintaba sus cuadros con una iluminación muy blanca, trataba a sus figuras religiosas como personajes corrientes y era un gran paisajista, para algunos historiadores, la obra de Guercino fue la que más ayudó a Velázquez a encontrar su estilo.[13] En Roma tuvo la oportunidad de visitar las obras de Miguel Ángel y Rafael y se dice que pasó muchas horas dedicados a copiar sus frescos, en Villa Medici estudió la colección de escultura clásica.
En  sus obras realizadas en ese periodo, no por encargo sino por libre decisión, se nota ya un rompimiento con su pintura anterior aunque mantiene su “esencia” sevillana. En la “Fragua de Vulcano” ya se puede observar la asimilación de Velázquez de la pintura italiana en los juegos de luces y en una composición más estructurada y compleja. Su pincelada cambia de capas de pintura opaca a una pincelada muy ligera, fluida. Los toques de luz producen sorprendentes efectos entre las zonas iluminadas y las sombras.
A pesar de no ser las obras más emblemáticas de Velázquez, quiero hacer mención a dos obras que para mi merecen especial atención. La primera es “La Vieja friendo Huevos”, realizada en 1618. Es una de sus primeras obras. Es un bodegón en el que se incluye una vieja y un muchacho. La puedo describir como un inventario de los bienes de cocina. El realismo del cuadro llama mi atención. Velázquez como un representante del Barroco en este cuadro pinta exactamente lo que ve, una escena cotidiana con personajes comunes. La vieja y el chico parecen sacados de una fotografía y no han sido “retocados” la veracidad que refleja el cuadro es algo que me encanta. Según los críticos la composición de este cuadro es considerado un “prodigio de cálculo” por la rigurosa diagonal que separa las dos figuras.
La segunda obra que quiero hacer mención es la del retrato de Juan de Pareja, esclavo y ayudante de Velázquez, de quien se sabe que era morisco. Según los historiadores Pareja, ayudaba a Velázquez en tareas mecánicas, como moler los colores y preparar los lienzos, no le estaba permitido ocuparse de cuestiones de pintura y dibujos. Sin embargo, Pareja aprendió a pintar a escondidas de su amo. No se sabe exactamente desde cuando trabajó para el maestro pero en 1642 ya firmó como testigo del maestro en alguna cuestión legal. Velázquez pinta su retrato en Italia, en 1649, durante su segundo viaje. En Roma también le otorga la carta de libertad, con el compromiso de continuar a su servicio por cuatro años más. ¿Por qué me refiero a ese cuadro? - Porque situándonos en la época hay dos puntos que llaman mi atención. La primera es como Velázquez compone el cuadro de su esclavo, no estoy refiriéndome a  la técnica, lo hace posar con la dignidad de un rey o noble de la época. Este cuadro fue además expuesto en el panteón. Me gusta divagar y pensar en todo los comentarios que debió suscitar el ver a un esclavo subido a la categoría de noble gracias a la pincelada de su amo.
Anécdotas de su vida personal.
Por lo expuesto nos podemos dar una leve idea del genio de Velázquez, aunque yo quiero rescatar algo de su vida personal que he podido recopilar gracias a las varias lecturas. Según algunos críticos Velázquez era considerado un arribista, que lo único que le preocupaba era llegar a la corte y ascender de categoría. La pintura solo fue el instrumento que el usó para realizar este objetivo. Yo me niego a aceptar esta posición, sin tener ninguna base científica, simple intuición femenina y me gusta pensar en Velázquez como un artista sensible y humano. Puedo corrobar esta teoría con pequeñas anécdotas de su vida, por ejemplo, su suegro el maestro Pacheco le tuvo gran cariño y llegó a quererlo no como un maestro sino como un verdadero hijo. A su vez Velázquez protegió a su yerno Mazo durante toda su vida y lo ayudó con su carrera entre otras cosas para procurar el bienestar de su hija. Su obra en la que, al contrario de la época, comienza a pintar escenas cotidianas y de gente común dicen mucho no solo de su curiosidad como artista sino de su sentido humano al querer toparse y retratar al pueblo. El retrato de su esclavo es para mí una forma de rebelión de esa época en donde las clases estaban tan separadas y discriminadas. Que hizo todo para ascender en la corte, es justificable, era el modo que consiguió para tener libertad económica y favores que a su vez le permitían tener cierta autonomía en su arte.
Trascendencia histórica.
No cabe duda que Velázquez sigue siendo uno de los más grandes pintores de todas las épocas y personajes de la actualidad siguen interesándose en su obra. Quiero citar a dos personas, a Foucault que en su libro “Las palabras y las cosas” le dedicó un capítulo entero a su cuadro “Las Meninas “, realizando una descripción magnífica y un análisis muy detallado de esta obra.
“ El pintor está ligeramente alejado del cuadro. Lanza unas miradas sobre la modelo; quizá se trata de añadir un último toque, pero también puede ser que no haya dado aún la primera pincelada. El brazo que sostiene el pincel esta replegado sobre la izquierda, en dirección de la paleta; esta por un momento inmóvil entre la tela y los colores. “ [14]
Y a Pablo Picasso que en 1957, inclusive pintó una serie de 58 cuadros en los que reinterpretaba, recreaba  y realizaba un análisis exhaustivo de Las Meninas. Esta serie se conserva actualmente en el museo Picasso de Barcelona.
“Si alguien se pusiese a copiar Las Meninas, totalmente con buena fe, al llegar a cierto punto y si el que las copiara fuera yo, diría: ¿Y si pusiera está un poquito más a la derecha o a la izquierda? Yo probaría de hacerlo a mi manera, olvidándome de Velázquez. La prueba me llevaría de seguro a modificar la luz o a cambiarla, con motivo de haber cambiado de lugar algún personaje. Así, poco a poco, iría pintando unas Meninas que serían detestables para el copista de oficio, pero serían mis Meninas.”[15]


 “Las Meninas es un tributo a la dignificación del arte de la pintura, pues nunca antes el pintor se había representado al mismo nivel que el retratado en el retrato de unos monarcas. Además, el increíble verismo de la obra en el tratamiento de la luz y del espacio mediante la perspectiva aérea, es quizá la máxima representación del Barroco de la confusión de arte y realidad, tan buscada en esta época. Es decir, constituye el ejemplo más logrado de lo que debía ser la pintura: una representación de la realidad que nos resulte tanto o más veraz que la realidad misma.”[16]




Bibliografía
Foucault, Michel. Las palabras y las cosas. 1968
Historia, Arte las páginas del Arte y la cultura. Junta de Castilla y León.
P.M., Bardi, La obra pictórica completa de Velázquez, 1969.
Prado, Fundación Amigos del Museo del Prado. Biblioteca online.2014.
Biografías y Vidas. Velázquez, Diego.2004.
Wikipedia. La pintura barroca. En clase de arte.
El sitio web de la historia del siglo 20.
González, María José. Contexto histórico y social del barroco.2011
Ehowen español. Cuales son las 4 características del arte barroco? Nicole Alexander.
Pischel. G. Historia Universal del Arte. Noguer. Tomo 3. Barcelona. 1967.




[1] Detalle del autorretrato de 1643. (Galería de los Uffizi) Tomado del sitio web Biografías y Vidas.
[2] Este dato es importante porque luego Pacheco sería el tutor de Velázquez y su suegro, pero eso lo retomaré más adelante.
[3] válido son ministros de confianza muy cercanos al rey que actuaban en su nombre, tomando responsabilidades del rey para que el monarca disponga de más tiempo libre. Era muy común en la época disponer de válidos.
[4] Tomado “casi” textualmente del sitio web de la historia del siglo 20.
[5] Tomado del blog de María José González, profesora de Historia.
[6] G. Pischel. Historia universal del Arte.p.76.
[7] Tomado de la pagina web e how en español. Artículo de Nicole Alexander.
[8] He querido añadir este párrafo copiado de la obra pictórica completa de Velázquez, p. 83. Para poder ubicar al artista con mayor facilidad en el contexto histórico en el que vivió y desarrolló su arte.
[9] La obra pictórica completa de Velázquez. P. 83.
[10] Los viajes a Italia fueron de gran influencia para la obra de Velazquez por lo que serán tratados nuevamente en Obras.
[11] Tomado de la página web “En clase de Arte”
[12] F. pacheco, Arte de la pintura: su antigüedad y grandeza. 1649. Tomado de la obra oictórica completa de Velázquez.
[13] Tomado de En calse de arte.
[14] Foucault. Las palabras y las cosas. 1968.
[15]  Picasso. 1950. Texto tomado de Wikipedia.
[16] Este texto es una copia textual de alguna de las fuentes consultadas que confundí, pero  a pesar de no tener la fuente, me pareció muy importante para ponerlo como texto de cierre del artículo.
[17] Las Meninas de Picasso, uno de los cuadros que componen la serie. 1957.