Este es mi trabajo final de la materia género y sociedad y el último trabajo que ingreso este semestre. El tema que elegí es muy amplio por lo que no son mas que unas breves reflexiones sobre el problema de la migración femenina ecuatoriana a España.
Montse Pazmiño
00109349
Género y Sociedad
Trabajo Final
2013.12.17
La migración de la mujer ecuatoriana a España, breve
análisis
Inmigración es una palabra que abarca una gran
cantidad de temas que se relacionan con ella. Tratar de hacer un ensayo enfocado
en el significado ampliado que tiene esta palabra no es posible porque implica varias
consideraciones. Se la puede tomar desde el punto de vista de género,
económico, social, infantil, familiar, en fin desde diversos ángulos. Es por
eso que el presente trabajo no pretende ser un estudio sobre el tema de la
inmigración pero si pretende ser una reflexión sobre las consecuencias que la
migración de la mujer ecuatoriana ha tenido en sus familias. Para esto he
tomado un hilo conductor que quiero que me lleve a tratar de responder una
pregunta ¿Vale la pena? , ¿al final el saldo es positivo o negativo? Este hilo
conductor abarca tres aspectos y esta apoyado con las aportaciones de las
siguientes autoras, Emma Martín Díaz: “El papel del género en la acumulación de
capital social”; Laura Osso Casas: “Plata y/o amor” y Sonia Paella: “Crisis de
Cuidado”. Estos tres textos forman parte del libro: “La migración
latinoamericana a España: una mirada desde el modelo de acumulación de
activos”, y además el texto de Ulrich
Beck: “Amor a Distancia”.
Para comenzar y antes de meterme de lleno en el tema
quiero definir la palabra. “Inmigrante” se define en el Diccionario de la Real
Academia así: “Que inmigra”. Y en “inmigrar”(del latín inmigrare) leemos:
“Dicho del natural de un país: llegar a otro para establecerse en él,
especialmente con idea de tomar nuevas colonias o domiciliarse en las ya
formadas”. En un artículo escrito por Alex Grijelmo, tomado de diario El País,
del 24 de nov. Del 2013 , titulado “La palabra inmigrante se hereda”, leemos:
”Llamamos extranjero a un alemán o a un canadiense, pero inmigrante a un rumano
o a un marroquí”. “No adjudicamos tampoco la palabra inmigrante a los altos
ejecutivos alemanes, franceses o italianos de BMW o de Crédit Lyonnais que dirigen
empresas en España”. Continúa el artículo con una reflexión sobre este hecho,
así podemos darnos cuenta que la definición tal vez necesite ser mas explícita,
no se la aplica para un alemán que llega a España, pero si se la aplica para un
rumano o un ecuatoriano que vienen a buscarse la vida de obra en obra. La
aplicación de la palabra, a los unos y no a los otros, refleja la distinta
mirada con que son observados. Pero esta diferencia de definición no queda ahí,
los extranjeros como futbolistas y directivos pueden quedarse a vivir con sus
hijos o tenerlos ya en España y pronto aunque sus apellidos revelen que vinieron de lejos, esos
niños serán tomados como españoles sin ningún problema, sin embargo, los hijos de
los inmigrantes marroquíes o colombianos de empleos más humildes serán
conocidos con otro nombre, se los llamará inmigrantes de segunda generación y
en las estadísticas serán parte de un capítulo de estudio diferente. Así la
palabra “extranjero” no se hereda, pero la palabra “inmigrante” se hereda de
padres a hijos, sentando desde que nacen una base de diferencias.
En el estudio que realiza
Emma Martín Díaz sobre el papel del género, en el caso de las mujeres
ecuatorianas nos dice que hay varios factores que determinan la estrategia de
migración que adoptan las familias ecuatorianas, entre ellas están las
políticas migratorias tanto del país de origen como del receptor, la economía,
la estructura familiar. “La experiencia migratoria, como “hecho social total”
involucra diferentes niveles y planos de la realidad social, y está sujeta a
las modificaciones en los modelos económicos y culturales tanto en el ámbito de
las prácticas como en el de las representaciones sociales sobre la migración”
(p.109). Su estudio se basa en la observación de grupos familiares de la ciudad
de Sevilla, en España, y las poblaciones de Sangolquí (Pichincha) y Guasmo Sur
(Guayaquil) , en Ecuador. De las cuarenta y un mujeres que conformaron el
núcleo de la investigación, 38 emigraron a partir de 1999 y solo una antes de 1997.
Recordemos que se estableció la
obligatoriedad del visado para los ecuatorianos a partir del año 2003. La gran
mayoría de las mujeres que emigran están entre los 25 y 41 años de edad, un
hecho que es fácilmente comprensible si se toma en cuenta que uno de los
objetivos de la emigración es obtener mayores ingresos, por lo que estas
mujeres van a España a trabajar y por lo tanto viajan en edades adecuadas para
este requisito. De estas mujeres solo cinco de las entrevistadas definieron su
situación económica como “humilde o muy pobre”, mientras que la mayoría se
identifica como provenientes de una situación “modesta pero insuficiente” e
incluso “acomodada”. Sobre este punto quiero añadir una reflexión sobre la
visión que tiene el español de las migrantes ya que muchas veces se las
califica como
“víctimas de situaciones de
pobreza severa”. La mayor parte de estas mujeres tienen hijos, aproximadamente
entre tres o cuatro, sin embargo la tercera parte declara no tener una pareja
estable, como consecuencia, una de cada cuatro de las entrevistadas ejercen el
cuidado de sus hijos sin la ayuda de una pareja. Si bien, todas coincidieron en
que el motivo de abandonar su país era el de buscar mejores condiciones
económicas, por la falta de oportunidades que tenían en su país, coincidiendo
que esta falencia se debía a la crisis político económica que afectó al país a
fines de los noventa, cinco de las entrevistadas citaron además expresamente,
como causa principal de su decisión de emigrar, problemas con sus parejas o sus
familias relacionados con desigualdades de género y que han constatado en sus familiares que han retornado un cambio de actitud que
desean experimentar ellas mismas. Sin embargo, reconocen que esta desventaja
que sienten con sus parejas es una ventaja al momento de emigrar ya que su
condición de mujeres les permite acceder a un nicho de trabajo que está cerrado
para los hombres, el nicho del llamado “trabajo de afectos”. Súmese a estos
motivos las facilidades que encuentran para realizarlo al tener a su
disposición redes que facilitan esta decisión. Estas redes, que muchas veces no
son tomadas en cuenta, son estructuras transnacionales que facilitan el flujo
migratorio, ya que dan facilidades, orientación , y abaratan los costos tanto
económicos como emocionales.
Cuando llegan al país que
las recibirá estas redes son cruciales. “En este primer empleo, las mujeres que
llegaron primero son esenciales, generándose una red femenina de carácter
informal que presenta un alto grado de eficacia para la inserción laboral de
estas recién llegadas pero que también funciona como entidad para el
reclutamiento en origen (Sassen, 2003;Herrera, 2006) . Quizá lo más interesante
de este proceso es que esta red en destino se articula con una red de origen
que se dedica a prestar el dinero del viaje a las mujeres que quieren emigrar.
(p.114).
Punto aparte merece hablar
sobre las redes sociales, que hace diez años no existían de manera tan efectiva
y no tenían una influencia tan fuerte. Estas redes son las que permiten mantener
y generar afectos tanto a un lado como a otro de la cadena. Así la migrante
permanecerá en contacto con sus familiares a través de la nueva tecnología como skype, whatsapp, mensajes sms, llamadas al celular, que le permite hacerse
la ilusión de ver y compartir con su hijos y participar en la vida familiar. Los
nuevos medios de comunicación desempeñan un papel clave, posibilitan una
comunicación fluida en la vida cotidiana, los hijos pueden hablar de lo que les
ha pasado en el colegio, de sus amigos, de lo que les preocupa y las madres
pueden acompañarlos durante un pequeño trayecto. Al emigrar ella, también en su
familia se dieron cambios de roles de género y aunque al principio las redes
son un contacto para mantener la subordinación poco a poco ellas entrarán en sus nuevos roles de
proveedoras y por lo tanto actuarán de acuerdo a su nuevo estatus. El primer
tiempo en el país de destino tendrán relación con compatriotas lo que les dará la sensación de calidez de
pertenecer a su sociedad de procedencia, pero también las encerrará en el
círculo del comportamiento machista del que vinieron y del que huyeron. Es
interesante estudiar las actitudes y los cambios que gradualmente se van dando
en las mujeres que emigran. Rosita, soltera, fue empleada doméstica en Quito y
emigró a España hace doce años, tenía 26. Tuvo que intentarlo dos veces porque
la primera vez fue deportada. Al principio cuenta ella, “Como lloraba, solo
quería irme a la central a llamar por teléfono y todo, toditito lo que ganaba
mandaba a mi mamá y a mis hermanos. Cuando llegaba venía llenita de regalos
para todos, hasta para mis antiguos patrones. Mis ñaños me decían trae esto,
compra esto , haz esto y yo todo les obedecía. Ahora ya no. Trabajo como una
mula seis días a la semana pero me compré un piso aquí y ya solo mando plata para
mi mamá, mis hermanos que se mantengan ellos, manos también tienen. Hacerme de
pareja? Para que pues para que me saque la plata….ay...no gracias”. Para las
mujeres que emigran y dejan hijos en su lugar de origen no es tan fácil
desvincularse de su país y de su familia. Ellas enviarán el dinero para
mantener a sus hijos, este dinero en su mayoría será usado para cubrir
necesidades básicas, escuela, y adquirir bienes aunque muchas veces sea mas por
status que por necesidad. El dinero que envían es por lo general administrado
por otras mujeres.”Es decir son otras mujeres las que reciben el dinero en
Ecuador y lo gestionan de forma coordinada con la migrante residente en
Sevilla. “(Martín, p.119). Es interesante que esta gestión de manejo de
recursos feminizados ha dado buenos resultados en la mayoría de los casos
estudiados. Poco a poco la migrante decidirá que su esfuerzo sea encaminado a
algo mas seguro que le asegure comodidad a su regreso e irá pensando en otras
formas de inversión mas duraderas como adquirir un terreno o una casa.
“El capital social y
emocional es el factor clave que explica los envíos de remesas, asegurando el
capital financiero para los familiares”.
El monto de las remesas que
envían los migrantes al país de origen ha sido motivo de muchos estudios, sobre
todo enfocándose en la parte económica y las consecuencias de este importe en
la economía del país. Laura Oso Casas enfoca su estudio de las remesas llegadas
al país desde otro punto , desde el punto de vista afectivo. Para realizarlo se
entrevistaron a una serie de hogares de migrantes en el barrio urbano de
Turubamba Bajo (sur de Quito y en Madrid. Tratando de analizar fundamentalmente
la dinámica entre el capital financiero , físico y el capital social y
emocional, sacando a la luz las tensiones que se producen entre estas dos
formas de activos Y poniendo de manifiesto como los hogares negocian las
estrategias familiares de movilidad social en el espacio transnacional. (p.133)
La relación entre el
capital financiero y el capital emocional es de manera circular, uno incide en
el otro y no siempre de manera positiva. Varias investigaciones como la
realizada por Cordero – Guzmán y Quiroz – Becerra (2007) señalan como las
remesas constituyen transferencias de capital que forman parte de las cadena de
relaciones sociales. Afirman que para la persona que envía, las remesas
representan una obligación para pagar una deuda, el compromiso de mantener a la
familia o el deseo de permanecer pegado al país de origen. Aunque las remesas
proveen de recursos a los hogares para su mantenimiento, pueden tener una serie
de costes, tales como el impacto psicológico en los hijos que quedan, alejados
de los progenitores a cargo de la familia extendida, dándose una serie de
transformaciones en las relaciones y en la estructura familiar. Las remesas son
una pieza más de un entramado complejo de relaciones sociales entre los
migrantes y sus familias, amistades y vecinos, conformando el llamado “circulo
afectivo de las remesas” (p135).
Volviendo a la pregunta que
generó este ensayo y tomando en cuenta el punto que hemos tratado, ¿Vale la
pena?. Hemos visto ya que las remesa de los migrantes son fuente generadora de
ingresos para lo que se quedan. En el caso de las migrantes solteras o digamos
sin hijos el problema se reduce ya que no quedan lazos afectivos tan fuertes.
En el caso de la madres que migran la situación es otra. Los niños que quedan
aquí, quedan al cuidado de las abuelas, tías, hermanas mayores. Son niños que viven
otro tipo de afectos y han cambiado una caricia por un i pod de ultima
generación. Niños que crecen sin carencias materiales pero que tiene carencias
afectivas. Tienen una madre pero a través de una pantalla, no se la puede
acariciar, no te puede abrazar, no le puedes oler, no puede asistir al programa
del colegio ni cuidarte si tienes fiebre. Es interesante como a veces no nos damos
cuenta y no concientizamos que es un verdadero problema social que existe y
vive con nosotros en nuestra propia ciudad. Tuve la oportunidad de trabajar en
el sur de Quito, donde un alto porcentaje de las familias tenía por lo menos un
miembro que había emigrado. En una escuela de Quito me impresionó leer los
letreros colgados alrededor del establecimiento. “Recuerda, tu abuela no es tu
mamá pero debes obedecerla”, “Ahorra lo que tu mamá te envía con tanto
esfuerzo”, “España no está tan lejos, ubica donde esta tu mamá”, “El dinero que
te envían utilízalo con cabeza”, “Tu mamá te quiere, por eso buscó un futuro
para ti”. La directora del colegio también nos indicó que a los niños que
tienen mamás migrantes se les dá ayuda psicológica y sobre todo se les enseña a
reconocer la autoridad que tiene su abuela (léase persona encargada ) para
educarlos, porque uno de los mayores problemas con que se encuentran es que
estos niños, ahora dueños de dinero no reconocen la autoridad de la persona a
cargo tratándolas como empleadas que están ahí para servirlos porque a ellos es
a quien su mamá les envía el dinero. La Directora contó con consternación casos
de niños que agredieron a su abuela porque ellas les negó un permiso o no les
quiso dar dinero para salir. Los niños que quedan en el país de origen,
alejados de sus padres, ganan en capacidad de consumo, y en inversión como
educación pero reclaman constantemente la pérdida en capital emocional.
Como señala Pedone:
Los niños han
comenzado a resignificar los lazos afectivos con sus madres por la remesas,
así, mediante el dinero que empieza a llegar regularmente, puede conseguir los
objetos de consumo que antes no estaban a su alcance, algunos negocian el afecto
de sus progenitores presionando para conseguir objetos de consumo como móviles,
computadoras, ropa, bicicletas, televisores y juguetes sofisticados. (2006:221)
(p.138)
El caso anterior se refiere
a la relación madre – hijo y lo afectado que esta se puede ver. A continuación
quiero citar dos testimonios de
migrantes en lo que se refiere a la relación de pareja .
El caso de Doña
Natividad, era una familia que estaba bien, pero el marido se vino y ya tiene
acá otra familia. O sea que se han separado, entonces es ahí donde te pones a
pensar que lo sentimental, lo emocional vale más que lo económico. A mi no me
compensaría tener una casa y romper una relación. Yo no soportaría ver a mis
padres separados, mientras tengo una casa grande.(Elisa, migró soltera ,
Madrid) (p.136)
Se viene la
pareja, uno de los dos aquí, y se acabó la relación, porque si viene acá y
encuentra otra pareja…O el se queda allá, también busca su pareja. Como decimos
tiene necesidades biológicas. Y se termina, es el precio y a veces no vale la
pena. Se puede hacer una casa, comprar un conche, estudiar en los mejores
colegios, pero se pierde la felicidad” (María migró soltera, Madrid) (p.136)
En lo que se refiere a las relaciones
afectivas no todo es perder, hay en situaciones en las que también se gana. Las
remesas y regalos que realizan las migrantes a la parentela femenina que se
queda en el lugar de origen, hacen que la familia gane en estatus social. Estos
regalos incluyen ropa, electrodomésticos, perfumes, maquillaje, es decir
efectos que harán que suban ante los ojos de sus vecinos y lo que le hará
dignas de respeto. Pero no se limita a subir en estatus social. Las personas
que reciben dinero ganan también es importancia, tienen mas afectos, su vida
social se amplía y se hace mas frecuente. Citemos el mismo ejemplo que cita
Laura Osso, el de Doña Magdalena cuyas hijas migraron y le envían dinero, ella
puede asistir a todo evento social porque ahora tiene dinero para corresponder
. Le invitan a muy seguido a bautizos, reuniones, bodas. El hecho de que la
familia haya adquirido un mayor capital financiero la sitúa en una posición mas
privilegiada para establecer relaciones y recibir afecto. Por otro lado la hija
de Doña Magdalena, que es quien envía el dinero, ha ganado en capital social en
origen, adquiriendo un mayor estatus de cara a la comunidad, en lo que se
denomina capital simbólico. También ha aumentado su posición en la familia,
recibe un mejor trato por parte de su madre y sus hermanas, aunque sabe que
esto tiene un efecto devastador para su capital financiero. Podemos decir que
los afectos juegan un papel primordial al momento de recibir dinero , si no hay
vínculos emocionales disminuye el envío de remesas. Sucederá que la familia en
el país de origen cuidará y mantendrá estos lazos para poder seguir recibiendo
capital financiero.
Muchas mujeres inmigrantes
se ocupan en este sector desde condiciones de trabajo degradantes; lo que en
muchos casos supone tener que asumir que su desempeño es incompatible con la
posibilidad de cuidar de sus propias familias aunque estas ya se hayan reunido
con ellas en el país receptor. Existen ejemplos de familias que aunque han
logrado migrar todos sus miembros, los trabajos son tan absorbentes y
demandantes que coinciden pocas horas en el hogar y los niños se sienten mas
abandonados que cuando estaban al cuidado de sus abuelas porque aquí además son
segregados por ser considerados migrantes o “sudacas”, pero eso es un tema de
estudio aparte.
Hemos dado un vistazo al
grupo de mujeres que emigran y las causas que las llevan a dejar un país. Pero
porque hay países que acogen
(aunque no en condiciones óptimas) a este grupo de mujeres?. Sociedades más ricas
con crisis de cuidados, compran el afecto y cuidado que estas mujeres pueden
dar a la parte mas vulnerable de la sociedad, niños, enfermos, ancianos. Estas mujeres que dejan su hogar para
poder dar mayor comodidades a sus familiares, van a otros países a realizar
trabajos de cariño. Los empleos que más las utilizan son los de empleadas
domésticas, niñeras, cuidado de enfermos, limpieza de hogar u oficinas,
enfermeras y educadoras. Estos
trabajos no siempre gozan de las garantías que cualquier ciudadano español
tuviera, por lo general tienen un velo de ilegitimidad sobre ellos y son
marginales, vulnerables, invisibles y explotados. Y los responsables lo saben ,
lo cual explica la ambigua práctica que se sigue: la migración de trabajadoras
domésticas y cuidadoras es oficialmente “ilegal”, condenada, esta penalizada.
Ahora bien, de forma extraoficial está tácitamente tolerada como un fenómeno
del todo normal. (Beck.p.148) Las mujeres del primer mundo podrán salir a
trabajar, realizarse, aportar con dos sueldos a su hogar porque tendrán una mujer
que las reemplace en el hogar y haga de madre sustituta. Las migrantes que han
dejado a sus niños en su país de origen darán el cariño y cuidarán de niños de
otras mujeres que han optado por la opción de trabajar. La migración femenina
es aceptada y necesaria como resultado de la confluencia de la emancipación de
las mujeres, la pasividad masculina, las insuficientes guarderías, las regiones
pobres y ricas, etc.” (Beck. P.140) Estudios recientes han demostrado que
aunque en la generación actual los hombres participan más en la educación de
sus hijos y comparten con ellos mucho más tiempo que el que sus padres
compartieron con ellos, por la mañana los llevan a las guarderías y por la
noche los meten a la cama, pero en la mayoría de los casos siguen siendo las
mujeres quienes asumen casi todo el cuidado y educación de los hijos. Lo mismo
se puede decir para las tareas del hogar en la que la participación de los
hombres aunque ha aumentado , sigue siendo escasa, incluso cuando las mujeres
también ejercen trabajos renumerados fuera del hogar. Como resultado tenemos
una revolución social inacabada en el terreno de las relaciones de género o un
desequilibrio de las cargas de género que abre un nicho en el mercado a los
trabajos “para mujeres migrantes”, que son las que ayudan a estabilizar la
precaria paz que en la relación entre los géneros. Las mujeres migrantes cubren
espacios de atención y cuidados que es imperativo tapar. Son mujeres
invisibles, apoyos silenciosos en el ámbito privado, indispensables, un pilar
de la vida cotidiana en las sociedades occidentales modernas. (Beck. P.148)
Pero volviendo a retomar
otra vez el caso de los que se quedan, podemos afirmar que el costo social es
enorme . Los mas afectados son los niños que se quedan , los hijos de las madres
que emigran. Como ya lo dijimos, y queremos hacer énfasis son las abuelas,
hermanas, tías las que se quedan a cargo de ellos. Tienen por lo general su
propia carga de trabajo que no les permite hacerse cargo de este trabajo
adicional, los niños en consecuencia quedan en menor o mayor grado entregados a
sus propias fuerzas, o viven peregrinando de una casa a otra. Los padres no
prestan ayuda, muchos han abandonado la familia hace tiempo y han dejado el
cuidado de sus hijos a las madres. El resultado es que los niños se sienten
emocionalmente inestables y sufren.
Como anuncié al principio
de este trabajo he dado una visión rápida al problema de la migración de la
mujer en el Ecuador. Es un tema de mucho interés y que requiere de un análisis
profundo y concienzudo de todas las consecuencias presentes y futuras que puede
tener. Yo quiero retomar la pregunta del inicio: ¿Al final el saldo es positivo
o negativo?. Cuando se trata de migraciones femeninas, la tensión entre el rol
de madre/hija/ hermana y el rol de proveedora que asume se ve aumentado con su
ausencia, a diferencia de la migración masculina que no sufre este impacto
porque lo que hace es afianzar y acrecentar su rol de proveedor económico. Es
comprometedor dar una respuesta única, si podemos decir que más allá de los
beneficios que pueden aportar los
procesos migratorios para el grupo familiar, en términos de adquisición de
capital humano, financiero y social, no cabe duda que los costos emocionales son
muy elevados y varían según de que miembro se trate y de los recursos de
partida con los que el grupo familiar cuente. “Los ajustes y reacomodaciones
que exige el vivir transnacional para las familias en las que la mujer es la
pionera del proceso migratorio muestran, a nivel micro, como sus miembros
diseñan estrategias, toman decisiones, dirigen y gestionan procesos de cambio.”
A modo de última reflexión,
quisiera dejar escrito la responsabilidad que tienen los gobiernos en este
proceso, tanto el emisor como el receptor deben unir fuerzas y políticas que
aseguren el bienestar de las personas que emigran y de las que se quedan. Se
sabe que es una necesidad que no se quiere reconocer pero que se la utiliza.
¿Porque no dar facilidades para que las familias se reúnan, puedan viajar a sus
países a visitar a sus familiares, tengan los mismos beneficios sociales que el
resto de sus habitantes, sean tratados como persona y evitar que sean víctimas
de abusos.? (Sassen, 2003)
Bibliografía
Beck, Ulrich. Amor a Distancia, Nuevas formas de vida
en la era global.PAIDOS. Barcelona.
Cordero- Guzmán, H. Y V. Quiroz- Becerra (2007).
“Transnational Communities of the United States and Latin America. En Reducing
Global Poverty, C. Moser (Ed.) Washington D.C.: Brooking Institution Press.
Martín, Emma (2011) El papel de género en la
acumulación de capital social. En La migración latinoamericana a España: una
mirada desde el modelo de acumulación de activos. Quito. FLACSO-GURC
Oso, Laura
(2011) Plata y/o amor: remesas, acumulación de activos y movilidad social
de las familias de migrantes ecuatorianos. En La migración latinoamericana a
España: una mirada desde el modelo de acumulación de activos. Quito.
FLACSO-GURC
Parella, Sonia
(2011) La familia transnacional generada a través de las migraciones
femeninas. En La migración latinoamericana a España: una mirada desde el modelo
de acumulación de activos. Quito. FLACSO-GURC
Pedone, Claudia. (2005). “Tu siempre jals a los tuyos.
Cadenas y redes migratorias de las familias ecuatorianas hacia España”. En la
migración ecuatoriana:transnacionalismo, redes e identidades.Quito:FLACSO, Plan
migración, comunicación y desarrollo.
Sassen, Saskia (2003). Contrageografías de la
globalización. Género y ciudadanía en cirnuitos transfronterizos. Madrid.
Traficantes de sueños. Mapas.